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Salvadoreña gana premio mundial de fotografía

Salvadoreña gana premio mundial de fotografía

Jimena Aguilar y Mauro Arias / Foto: Mauro Arias.  EL FARO

“Esa era la foto y no podía dejar de tomarla”

Lissette Lemus ganó con una fotografía inédita el primer lugar en la categoría “Vida cotidiana” del concurso World Press Photo. El retrato de la vida diaria que captó fue el de unos niños con los ojos abiertos clavados en el cadáver de una mujer.

Vea la foto en World Press Photo 

De niña siempre andaba viendo quién le prestaba una cámara porque a corta edad había caído presa del encanto de la fotografía. Quería hacer fotos de la familia. Fue en el CoLatino donde supo que lo que deseaba hacer en su vida era convertirse en una reportera gráfica.

Ahora, con 30 años de edad, trabaja para El Diario de Hoy, y aunque su periódico no publicó la imagen de la mujer inerte tendida en la calle ante el paso de un microbús escolar, decidió enviarla a competir, no con la idea de ganar, no, sino solo por incluirla en una colección mundial de imágenes. “Yo participo por el catálogo, porque quiero tener las mejores fotos del mundo cada año en un libro en mi cuarto”, dice. Envió dos fotografías -una de un policía y esta de los niños ante el espectáculo de la sangre y la muerte- sin imaginar que iba a escalar hasta la cima de una de las 10 categorías de la que muchos consideran la reina de las competencias del fotoperiodismo mundial. “Realmente nunca me imaginé que ganaría este premio porque es un premio muy dificil de ganar”.

Lissette Lemus ni siquiera buscó la imagen triunfadora. Un día, haciendo fotos para ilustrar un tema de educación, en una escuela en Ilopango, escuchó unos balazos. Cundió el pánico y mientras todos buscaban refugio, ella, con su instinto profesional, salió a la calle y se encontró la escena. Esto fue en octubre de 2008. Una imagen que le hizo perder el sueño, que la obligó a reflexionar sobre la violencia y sobre la vida y sobre los niños. Entonces la inscribió para el concurso en la categoría de “Vida cotidiana”. Porque eso es lo que viven a diario los salvadoreños.

Ahora está contenta con el premio. Buen momento para reflexionar sobre su trabajo y sobre la ética de su trabajo en un país apestado de violencia. Buen momento para comentar que quiere aprender más. Que quiere estudiar una maestría para agregarla a su licenciatura en comunicaciones. Y que quiere seguir haciendo fotoperiodismo.

¿Cuándo publicó esta foto con la que ganó?

Pues la foto no se publicó, poque era una foto demasiado fuerte y como los medios de comunicación tienen como política no sacar cadáveres... entonces la fotografía nunca se publicó.

¿Qué es lo que usted sintió al tomar la foto en ese momento? ¿O cómo decidió que ese era el momento para una foto?

Bueno, la verdad es que en el momento... como uno siempre está pensando en la foto... Pero yo en la noche estuve pensando mucho en el valor de la vida, en esa transición, en ese momento que uno pasa de la vida a la muerte, estuve pensando en la cara de los niños, cómo esto iba a afectar a los niños en su vida. Realmente pasé varias noches en esa situación. Y es una escena que me afectó bastante porque yo estaba en la escuela cuando mataron a la mujer, entonces cuando oí los disparos salí y era un pánico entre la gente, el terror de los niños. Entonces fue bien importante el hecho de estar ahí.

¿Y qué estaba haciendo en la escuela?

Estaba haciendo unas fotografías para un tema de educación.

Cuando tomó la foto, ¿tenía usted la intención de publicarla o sabía que no se iba a publicar?

Desde el momento en que vi la foto y tomé la foto yo sabía que no la iban a publicar en el periódico, pero siempre estoy pensando en hacer fotos, no sólo para publicar. Estoy pensando en hacer fotos para otros proyectos o para exposiciones. Es que cuando hay una foto hay que tomarla. Como fotógrafo no te podés negar una foto si la foto está ahí. Y yo visualicé la foto así, completa la escena. Una foto para publicar hubiera sido sólo los niños o una parte, pero esa foto completa no me la iban a publicar, yo lo sabía. Pero esa era la foto y yo la vi y la tomé porque no podía dejar de tomarla.

¿Qué opina de esa política de algunos medios que no aceptan esas fotos?

Yo creo que es válido respetar a las víctimas y a las familias. Pero es una realidad que no podemos negar.

Pero si ganó un premio en el extranjero con esa imagen, la foto es buena. ¿No le da lástima que no salga este trabajo publicado en el medio en que trabaja?

Bueno, la verdad, como empleada de este medio igual tengo que respetar las políticas del periódico.

Y me llena de mucha satisfacción que la foto gane un premio y si aquí no se publica, respeto esa decisión.

¿Cómo debe hacerse la cobertura de hechos violentos, hay una manera especial de hacerla?

Yo creo que como periodista tenés que llegar al lugar y tratar de tener todos los detalles que vas a necesitar en tu nota o en tu fotografía. Pero igual, si hay una línea editorial o si hay políticas que se deben respetar, tenés que acoplarte en ese momento a donde estás trabajando y respetar de esa forma.

Si de usted dependiera, ¿cómo debería de ser?

Pues, realmente, siempre pienso en las víctimas, pienso en las familias de las víctimas. En particular si yo fuera familiar de una víctima no me gustaría que publicaran la foto de mi familiar en un periódico o en medios de comunicación masiva. Eso es lo que creo.

¿Qué piensa de El Salvador con su ola de violencia?

Bueno, la verdad creo que todos tenemos que tomar conciencia, tanto los ciudadanos como las autoridades, tomar conciencia de la situación tan dificil que estamos viviendo. Y que cada uno de los salvadoreños deberíamos contribuir a tratar de solventar este problema.

¿Que se dé a conocer este premio contribuye a solventar el problema?

Quisiera crear un poco de conciencia en las autoridades, y que pensaran mucho más en cómo tratar de resolver ese tipo de problemas. Pienso que si de repente hay un plan donde ponen policías afuera de los centros escolares, entonces creo que se hizo algo con la foto. Me imagino que si hubiera policías afuera seguramente se evitaría este tipo de escenas frente a un centro escolar.

Un fotógrafo sudafricano, Kevin Carter, recibió el Pulitzer por la foto de una niña moribunda acechada por un buitre. Él se suicidó semanas después de recibir el premio. Hay quienes ven a los fotógrafos como buitres, siempre esperando la muerte.

Mira, yo creo que cuando está en peligro la vida de alguien, si vos podés ayudar a salvar la vida de alguien es lo primero que tenés que hacer y vale más que una foto.

¿Usted siempre cubre el área judicial?

No, en este periódico no tenemos áreas designadas. Cada día se cubren diferentes áreas.

¿Cuántas veces a la semana tiene que cubrir sucesos?

Si sale una emergencia y yo estoy libre o no tengo nada que hacer en este momento... ahora hay mucha violencia, entonces sale muy a menudo una asignación de este tipo.

Y a usted, ¿cómo le afecta estar en contacto constante con estas situaciones?

Es bien raro porque como que llega un momento en que sabés manejarlo, pero con esta foto en especial -por eso yo hablaba de eso- estuve montón de noches pensando en eso, en ese momento en que perdés la vida. Me afectó. No sé por qué pasé pensando en eso. No me había afectado otro. Había visto muchos homicidios, muchas víctimas, pero jamás me había sentido tan afectada como ese día.

Cualquiera diría que con el ruido de un balazo la gente se esconde, pero usted salió.

Sí, yo salí. Todo el mundo me decía: no salga, no salga, acaban de matar a alguien. Y todo el mundo se había refugiado en la escuela. Pero no pude evitar salir, o sea, yo estaba ahí y quería ver qué pasaba. Todo el mundo me decía no salga, no salga, pero salí y me encontré con esa escena.

¿Qué pensó cuando la vio? ¿Reflexionó un segundo o de inmediato presionó el obturador?

Cuando salí empecé a ver la gente, empecé a hacer fotos. Pero en ese momento vi que venía el microbús con los niños. Estaba con el telefoto haciendo fotos de la gente llorando. Entonces cuando vi que venía el microbús... el señor venía despacio pero iba a pasar, o sea estaba decidido a pasar por el cadáver, entonces cuando vi que iba a pasar, cambié rápido el lente y esperé a que pasara.

¿Y los niños qué decían?

Sólo el rostro, la admiración de ellos era... no sé...

¿Qué supo después sobre la mujer muerta?

Yo traté de darle continuidad pero la familia se mudó de la zona al siguiente día. Traté de hacer contacto con ellos pero ya no pude porque se fueron a otro lugar por causa del homicidio. La señora era la mamá de dos niñas que estudiaban en la escuela en que yo estaba.

¿Ella llegaba por las niñas?

Sí, ella llegaba a traer a las niñas a la escuela. Algunas personas de ahí decían que ella había tenido que ver con pandillas anteriormente y que estaba involucrado el ex esposo. Pero nunca pude realmente tener una versión certera de por qué la mataron.

¿Por qué decidió poner la fotografía en la categoría de “Vida cotidiana” y no en otra, como por ejemplo “Problemas contemporáneos”?

Porque si aquí en el país hay 12 o 14 muertos diarios es vida cotidiana, es lo que pasa todos los días, e incluso en este momento puede estar pasando. Por eso decidí ponerla ahí.

¿Cómo se enteró de su triunfo?

La primera llamada que recibí fue de Milton Flores, un amigo mío y me dijo “felicidades”. Todavía no sabía por qué y le pregunté. Me dijo: “Es que has ganado primer lugar en el World Press Photo en la categoría de vida cotidiana”. No podía creerlo, pensé que estaba bromeando. Pero después me empezaron a hablar otros amigos. Como no tengo internet en la casa, hablé al diario para que me confirmaran. Cuando vine aquí al periódico me llamaron de la Fundación para avisarme y ya había recibido un correo también.

¿Qué impacto cree que va a tener este premio en su vida?

Bueno, es realmente un premio muy importante porque es bien difícil meterse ahí. Porque participan fotoperiodistas de todo el mundo. Ni siquiera podía creerlo cuando me avisaron. Estoy muy feliz por eso.

 

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