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Homenaje “a uno de doce diarios”

Homenaje “a uno de doce diarios”

Este viernes, el fotoperiodista y documentalista Christian Poveda recibió un homenaje en el Museo Nacional de Antropología de San Salvador. Ahí, el cónsul de España en El Salvador, Jorge Mijangos, recordó que el homicidio de Poveda fue solo uno de los 12 ocurridos en este país centroamericanos el miércoles.

Jimena Aguilar / Fotos: Mauro Arias.  EL FARO

Alrededor de las 4 de la tarde de este viernes se podía oír la voz de Christian Poveda resonando en la plaza del Museo Nacional de Antropología, en San Salvador. Christian hablaba de cómo empezó en el mundo de la fotografía y le contaba a los presentes que el documentalismo le gustaba más porque él decidía qué hacer con su material. Se escuchaba su voz, que contaba sobre sus experiencias en la guerra y de cómo su foto de monseñor Romero recorrió el mundo dando a conocer dónde quedaba un pequeño país llamado El Salvador.

La plaza estaba llena de sillas, pero pocas personas había en ellas. Unos hombres preparaban el sistema de sonido sobre una tarima mientras otros colocaban una pancarta negra con la foto del autor del documental “La vida loca”. La voz de Christian se oía, pero él no estaba ahí. Lo que se oía era una grabación y en la pancarta que los hombres estaban  instalando se podía leer “Homenaje a Christian Poveda”.

Este homenaje fue organizado por la Secretaría de Cultura de la presidencia. Breny Cuenca, la secretaria de cultura, hizo referencia durante su discurso a la paradoja que ahora se da con la muerte de Poveda: hace un año, el hijo del presidente Mauricio Funes fue asesinado en Francia y ahora un francés fue asesinado en suelo salvadoreño. Al igual que quienes le precedieron, denunció el crimen y prometió que la Secretaría se unirá a los esfuerzos para trabajar por el esclarecimiento del crimen.

Pero antes de los discursos, pasaban los minutos y la plaza se iba llenando y se empezaban a ver caras de amigos, colegas, conocidos y gente que simplemente conocía el trabajo de Poveda, que se reunieron para rendirle homenaje.

Eran casi las 5 de la tarde cuando la voz de Christian calló. En su lugar comenzaron a sonar las voces de quienes lo homenajeaban. El dueño de la casa, el director del Museo, Gregorio Bello Suazo, abrió la ceremonia con palabras de denuncia a la violencia y repudio al crimen y evocó cuando hace unos meses en ese misma lugar Poveda presentó su documental sobre los pandilleros de la mara 18.

Entre los ex colegas de Poveda, Luis Galdámez, de la agencia Reuters, comentó brevemente un episodio ocurrido la noche del jueves, que le recordó precisamente al homenajeado. “Anoche fuimos a un allanamiento sobre un tema de los que Christian trabajaba. Mientras ustedes dormían en sus casas (…) parecía que la vida loca seguía”, dijo.

El cónsul de España, Jorge Mijangos, aunque hablando como compatriota de Poveda, dijo que El Salvador era quien perdía a un amigo, a un artista, a un fotoperiodista que abrió una ventana importante para que la sociedad se acercara al problema de las pandillas, pero sin  olvidar que la muerte de este amigo fue solo una de las tantas que suceden en este país. “Fue uno de doce diarios”, resumió.

Y sí, parecía que la vida seguía incluso alrededor de esa misma plaza, aunque en la plaza se recordaba a una vida ya apagada. Afuera, una señora gritaba sus yucas y chicharrones, en la calle pasaban los carros y un conga bus lleno de jóvenes que, ignorantes de lo que sucedía en la plaza, pasaron con un barullo sin darse cuenta de lo inapropiados que sus gritos resultaron en la plaza.

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