15 de marzo: Día de la victoria política electoral del FMLN
DIARIO COLATINO
Licda. Norma Guevara de Ramirios
A la capacidad ciudadana de decidir y de luchar contra el miedo y el fraude, de vencer la mentira y el acoso mediático se le debe el hito histórico de la alternancia en el ejercicio de la Presidencia de la República que se operó a partir del 1 de junio de 2009, por la voluntad ciudadana expresada en las urnas el 15 de marzo del año pasado.
El Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional FMLN, fue el partido electo, Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén los funcionarios sobre los cuales recayó la elección de Presidente y Vicepresidente; el partido ARENA perdió después de cuatro períodos, y la derecha en su conjunto sufrió por primera vez el revés político más grande.
Todo el bombardeo ideológico que fluyó segundo a segundo durante veinte años y especialmente en las elecciones presidenciales fue inútil para detener la voluntad de cambio que fue formándose en la gente con esperanza en una patria nueva, más justa, soberana, democrática, libre y más humana.
Es justo que la militancia, los simpatizantes y amigos del FMLN y pueblo salvadoreño recuerde semejante hazaña como día de victoria, y se detenga a reflexionar sobre el enorme significado de la decisión popular como fue hecho ayer Domingo en el Redondel de Las Banderas de la Colonia Escalón de San Salvador; justamente donde nuestro Presidente y la dirección del partido se juntaron la noche de la victoria y desde dónde se anunció una nueva época para el pueblo salvadoreño por el Presidente electo.
Miles de personas subieron esa noche a reafirmar su obra, y la lluvia no detenía los ríos de gente. Muchos no pudimos estar en ese lugar, y a ellos y ellas debemos reiterar nuestro reconocimiento, eran las horas de cierre en los Centros de Votación, de recolección y traslado de actas, de paquetes electorales que debían ser custodiados para evitar que a la hora del escrutinio se intentara disminuir la victoria.
Pero la batalla que hace más grande aquél día del 2009, fue la actitud vigilante y activa del pueblo, que observaba desde días antes los movimientos de personas que sin ser de nuestras ciudades y pueblos se concentraban en cuarteles, instalaciones oficiales, casas grandes de colonias de personas adineradas, estadios, en casas particulares.
Muchas de esas personas movilizadas por el ex partido de gobierno sintieron el ojo vigilante del pueblo y en muchos casos se detuvieron de hacer lo que les pedían, en Ayutuxtepeque por ejemplo, jamás se olvidarán de la ocupación del Polideportivo del INDES ubicado en la Villa Olímpica, y de la valentía del pueblo de señalar y enfrentar la violación a la ley y la pretensión fraudulenta; lo mismo en el Estadio Cuscatlán, o en casas de Usulután, de San Dionisio, de San Miguel.
El pueblo vigilante olfateaba lo irregular de las acciones y se convertía en guardián de su soberanía amenazada. Ese día fue de acción definida por una moral de lealtad al pueblo por parte del Aparato de Aseguramiento de la Victoria integrado por un enorme voluntariado y cuadros experimentados del FMLN, que se desempeñaron como Jefes y Jefas de más de 400 Centros de Votación, como Supervisores y Supervisoras, como integrantes de Juntas Receptoras de Votos, como Vigilantes del partido que debían garantizar cada una de las actas de más de nueve mil urnas; amigos y compañeros que preparaban los alimentos, que ayudaban al transporte de electores, que se desempeñaban como orientadores y orientadoras con sus computadoras propias o prestadas. Mirándonos a todos, observadores y observadoras internacionales y nacionales.
Decenas de recomendaciones para mejorar el sistema electoral han sido entregadas al país por la Misión de la OEA, de la Unión Europea, del Centro Internacional de Solidaridad, de la observación nacional articulada con apoyo de la UCA, de observadores amigos de organiza-ciones sociales y del FMLN. Hubo muchas dudas de sí la derecha estaba dispuesta a entregar el poder o si estaría dispuesta a repetir lo que hizo el 28 de Febrero de 1977, y esa duda se reforzaba en cada prueba que aparecía indicando la existencia de una maquinaria fraudulenta. En la Feria Internacional hubo quien dijera con crudeza, “sí soy de Honduras pero aquí me toca votar”. Hubo procesados por fraude, pero con la victoria parece que algunos olvidan.
La victoria fue pues, más grande de lo que parece, por la forma de alcanzarla, por la energía para defenderla y esa misma grandeza se necesita ahora para cumplir con la profundización de la democracia prometida en el Programa.
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