La Cumbre de las Américas aumenta el debate sobre el futuro de las políticas de los EE.UU. en Latinoamérica
Presidente electo Funes aparece en la primera reunión internacional junto a otros líderes centro americanos. CISPES.
Del 17 a 19 de abril, jefes de estado de las Américas se reunieron en Trinidad y Tobago para la quinta cumbre de las Américas. Presidente electo de El Salvador, Mauricio Funes, atendió como invitado y fue en compañía del presidente actual, Tony Saca, a la cumbre. Esta cumbre marco la primera oportunidad, desde la elección del Presidente de los EE.UU. Barack Obama, para que él se encontrara y conviviera con otros líderes de la región, y para definir la nueva relación que le ha prometido al resto de las Américas. Obama ha prometido retirarse de las políticas de la administración de Bush para forjar relaciones multilaterales basadas en respeto y cooperación.
A pesar de esta promesa, Obama indico al principio que el papel de los EE.UU. se seguirá basando centralmente dado al tamaño de su economía. Muchos presidentes Latinoamericanos que son de la izquierda tomaron la edición con esta aserción y Daniel Ortega de Nicaragua junto a Cristina Fernández de Kirchner de Argentina, criticaron este “imperialismo económico” en los discursos que dieron.
Los países miembros de la Alternativa Bolivariana Para los Pueblos de Nuestra America (ALBA) de la integración regional rechazaron firmar la declaración final que fue publicada en la quinta cumbre de las Américas. En una declaración que fue firmada por países que son miembros de ALBA, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Honduras, Cuba, y Dominica; las dos razones citadas de porque no firmaron eran que el documento fallo en tratar o proponer alguna solución a la crisis actual de la economía global, y el hecho de que la cumbre “injustificablemente excluye a Cuba en una forma criminal.”
La declaración final de la cumbre, la cual a pesar del la falta de consenso fue oficialmente aprobada, hizo un llamado para continuar la promoción y desarrollo de los sectores privados de las Américas a través de darle fuerza al Fondo Monetario Internacional (IMF) y el Banco Inter-Americano de Desarrollo (IDB). La declaración de ALBA culpa a estas instituciones, junto a la Organización Mundial de Comercio (WTO) y el Bando Mundial, de ser causantes de la crisis económica global por las condiciones neo-liberales económicas que ponen en sus préstamos. Otra parte de la declaración final de la cumbre llama en el crecimiento de inversiones y producción de combustibles para tratar la crisis de la energía. En una región que ha sido impactada fuertemente por la crisis alimentaria global, la idea de dedicar la tierra y recursos naturales al combustible en vez del alimento es condenada por la declaración de ALBA.
En el primer punto de la declaración de ALBA, los países miembros declararon que “El Capitalismo esta poniendo un fin a la humanidad y al planeta… esto no es una ‘falla de la regulación del sistema’ sino una parte constitutiva del sistema capitalista…” En el discurso de Funes en la cumbre, él reiteró la necesidad de un cambio mas sistémico, “[Nosotros] tenemos la oportunidad de redefinir entre los estados, la sociedad, y el mercado con el propósito de no dejar que el interés individual prevalezca sobre el interés general [de la población].”
Presidentes centroamericanos tuvieron la oportunidad de reunirse con Obama, aparte del resto de la cumbre para discutir temas específicos de interés a la región. Como presidente del sistema Centroamérica de la integración, Presidente Nicaragüense Daniel Ortega presidio la reunión. El debate sobre una reforma migratoria en los EE.UU. fue uno de los temas centrales en esta reunión, con la observación de Ortega de que 5.5 millones de centroamericanos viven en los EE.UU. Un expediente fue hecho el año pasado determinando la deportación de más de 80,00 centroamericanos en el 2008. Otros temas que fueron discutidos en la reunión incluyeron al cierre de operaciones de compañías de los EE.UU. en Centroamérica y el despido de muchos empleados, crímenes organizados, y el tráfico de drogas.
En total, la cumbre fue una reunión amistosa; sin embargo, en algún momento Obama se encontró defendiendo a los EE.UU. contra recordatorios de intervenciones en el pasado y el presente. “Los Estados Unidos ha cambiado. No fue fácil, pero cambio. Yo creo que es importante que recordemos a los lideres aquí que los Estados Unidos no es el único país que debe cambiar,” dijo.
Aun así, las promesas de Obama dejaron a muchas personas en Latinoamérica con dudas. Dijo Wilfredo Berrios, un activista de los sindicatos y líder de movimientos sociales con el Frente Sindical Salvadoreño, “Revindicando de que los EE.UU. a cambiado es verdaderamente una aserción ridícula para que Obama haga. Hasta hoy, El Salvador y Latinoamérica han continuado de ver la intervención de los EE.UU. que siempre hemos visto. Más recientemente, Republicanos en el congreso trataron de manipular las elecciones salvadoreñas; mientras tanto, los EE.UU. continua entrenando a policías Latinoamericanos en la ILEA, y más recientemente ha ayudado a movimientos violentos en Bolivia en oposición al Presidente electo democráticamente, Evo Morales.” Berrios añadió, “Obama tiene la oportunidad de cambiar las relaciones de los EE.UU. con Latinoamérica, pero ciertamente aun no ha pasado. Si ese cambio va a pasar, él tendrá que tomar acciones concretas para hacer que suceda.”
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