CON MOTIVO DEL 1 DE JUNIO DE 2009 -- LEJOS DE EL SALVADOR
Hace 27 años huía de mi tierra natal, no entendía lo que pasaba, me acompañaban únicamente los pensamientos que pueden acompañar a un niño de un año de edad y por supuesto me acompañaban también los cuidados y cariños de mis padres, esos dos grandes seres humanos que me trajeron a este mundo y que me enseñaron con su ejemplo el amor, la fraternidad, la solidaridad y tantas cosas difíciles de describir con palabras. Las razones de la huida eran las constantes amenazas de muerte sobre mis padres por estar involucrados en la lucha popular por la liberación de El Salvador.
Nuestro destino en aquel entonces era Nicaragua, la Nicaragua revolucionaria de la década de los 80’s.
Aunque ni mis padres lo crean tengo recuerdos que datan desde mis tres años de edad, yo lo explico porque mi infancia fue desde mi punto de vista fantástica y marcada más por el aspecto emocional y sentimental que por el aspecto material, recuerdo nuestra casita de madera, recuerdo ir sobre los hombros de mi padre preguntando sobre todo lo que miraba, la calle de tierra, los grandes árboles, la gente; recuerdo el fresco de cacao, la calurosa Managua, el Barrio Camilo Chamorro, Masaya, recuerdo a mi madre cantando (a Silvio, Pablo, los Mejía Godoy, Alí Primera, Víctor Jara y más) por la casa mientras ordenaba todo, recuerdo reír, jugar, cantar y llorar como cualquier niño. Como es lógico y natural en esta vida también hay sucesos negativos y dolorosos que se quedan con nosotros, recuerdo las muertes de los familiares de vecinos caídos en la lucha contra “la contra” financiada abiertamente por USA, recuerdo aquel accidente que tuvo mi padre en una moto y que lo obligó a reposar un par de semanas, recuerdo a mi madre llorando por enterarse de la noticia de la muerte de mi abuelo que estaba en El Salvador y ella tan lejos pero con la compañía y el abrazo de mi padre, mis hermanos y yo.
Hace 19 años viví de cerca mi primer proceso de elecciones presidenciales con mucha atención y tensión, no eran de El Salvador, eran elecciones en Nicaragua, la UNO contra el FSLN, recuerdo el anuncio de que la Unión Nacional Opositora ganaba esas elecciones, recuerdo aquella sensación de tristeza en la casa, el 26 de febrero de 1990 amanecimos sentados en el patio sin decirnos nada sabiendo que se acababa un ciclo que con sus defectos y virtudes habíamos amado porque era fruto del pueblo, ese pueblo hermano que nos abrió los brazos para refugiarnos en él, en aquel entonces tenía apenas ocho años y medio pero era consciente de lo que se perdía.
En el 93 regresaba al país que me vio nacer, a mi sufrido El Salvador, junto a mi familia esperanzados con el hecho de que ya no había “guerra”, pero la realidad fue que los fusiles y bombardeos se habían silenciado pero ARENA gobernaba el ejecutivo y otras formas de violencia aparecían, violencia económica, política, saqueo del Estado porque las “privatizaciones” eran el mejor invento y había que seguir los lineamientos de los organismo internacionales que impulsan las políticas neoliberales y ahogan a los pueblos en la pobreza y miseria. Desde el año 94 hasta el 2004 viví 3 procesos de elecciones presidenciales “en vivo y en directo” en El Salvador, cada una de ellas las recibía con mayor edad pero también con mayor ilusión, siempre había deseado y luchado, desde la trinchera musical u organizacional, por ver llegar un gobierno del pueblo al poder y proceso tras proceso era una decepción con los resultados y las campañas de la derecha cargadas de mentiras y ofensas. Cada victoria electoral de ARENA era una apuesta y una condena hacia la radicalización de la pobreza, hacia la explotación, hacia el robo e instrumentalización de instituciones, hacia la inseguridad social, hacia el triste promedio de 13 asesinatos al día en un país de 6 millones de habitantes.
Hace 7 meses y medio salí de El Salvador en un vuelo hacia el otro lado del Atlántico y una de las cosas que más me pesaba era la certeza de no poder participar en los comicios de enero y marzo de 2009, en El Salvador no existe el voto en el extranjero, es decir los que estamos en el exterior no podemos hacer valer nuestro derecho porque nunca ha habido voluntad de parte de ARENA para impulsar un proyecto que permita que votemos los que estamos fuera, partiendo de la lógica que millones de los que están fuera del país es gracias a ARENA, por sus políticas de exclusión social, el voto obviamente en su mayoría sería adverso a ARENA. Pero desde la lejanía quise aportar y hacer algo para ver triunfar la bandera gloriosa de un pueblo luchador.
Hace 2 meses y medio, el 15 y 16 de marzo (por la diferencia horaria) me encontraba al igual que miles de compatriotas dándole seguimiento a una fecha que se convirtió en histórica, frente a la computadora buscaba enterarme de todos los por menores, frente a la computadora lloré viendo a mi familia en El Salvador brincar, reír y llorar de alegría por el triunfo del FMLN y de un pueblo entero contra la mentira, el terror, la coacción y votantes de otras nacionalidades llevados descaradamente por altos funcionarios de ARENA.
Hoy 1 de junio de 2009, como hace 2 meses, como hace 5 años, como hace toda una vida me levanté pensando en alguien, en todos nuestros héroes y mártires que no han podido ver con sus propios ojos este paso que se ha dado hacia el cambio de rumbo en un país luchador, hoy te recuerdo y siempre te llevo a vos Marcial, Roque, Miguel Mármol, Monseñor Romero, Rutilio Grande, Morena, Hilda, Vicente, Oscar, Noldo, compañero y compañera del campo o la ciudad. Hoy que es el primer día de la toma de posesión de nuestra historia, abrazo todos sus nombres, abrazo sus memorias como un homenaje y como un compromiso para ser un luchador más en esta tarea que apenas comienza para forjar un presente y futuro con bienestar social e igualdad para todos.
“Comienza la vida nueva y es hora que construyamos, juntando las manos todos, ya nada nos detendrá”
Carlos Pacheco
Cantante Salvadoreño
Barcelona, 1 de Junio
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