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Saca se declara inconforme y habla

Saca se declara inconforme y habla

Daniel Valencia / Foto Archivo El Faro

El Salvador alcanzó la meta de combate a la pobreza asumida en la Declaración del Milenio. Con la crisis económica, sin embargo, vienen malos augurios y el presidente Saca lo sabe. Y en la presentación del informe sobre el avance en los Objetivos del Milenio renegó y reclamó y, finalmente, se declaró inconforme con lo hecho y pidió un juicio menos severo a la gestión que termina este 1 de junio.

El presidente Antonio Saca llegó tarde y en medio de semanas en las que le toca responder  por qué muchos de los indicadores de gestión se le revierten al final de su mandato o simplemente se conocen en su verdadera dimensión. El hecho es que este jueves llegó a la presentación del segundo informe de país del alcance de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) con un inusual discurso desarticulado en que aceptó los retrocesos en materia social y las cosas que faltan por cumplir.

La actividad pretendía hacer público cómo El Salvador se encuentra en su camino hacia 2015, cuando deberá haber cumplido una serie de ocho compromisos generales en áreas como igualdad de género, pobreza, salud y educación. Después de presentados los datos, el presidente pidió que no se le juzgue con tanta rigurosidad y que se reconozca, al menos, aquello que sembró con tres programas insignia del área social.

“Al final de cuentas si vamos a juzgar a mi gobierno, ¡hombre, hablemos de Red Solidaria, de Fosalud, del Plan 2021! ¿No? Cómo nos ubicamos (en esas áreas)”, dijo durante un discurso que aparentemente decidió improvisar ahí luego de hacer a un lado el que llevaba preparado.

Ante un auditorio en que abundaban cuerpo diplomático y representantes de organismos internacionales -como Jéssica Faieta, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el presidente se dedicó a insertar algunos comentarios que provocaron ojos de asombro entre algunos de los presentes, como cuando habló de una mujer pobre de Tacuba a la que dijo que había conocido. Esa mujer, relató, procreó ocho o nueve hijos con cuatro diferentes maridos. “Y creo que ya no va a tener más muchachos, ojalá, no vaya a conocer otro novio”, comentó, sin acabar de ilustrar cómo esa historia abonaba a la situación de El Salvador respecto de los ODM.

El informe de país, el tercero desde 2004, planteó que El Salvador ha logrado ya dos de las 12 metas principales en que se desglosan los ocho ODMs, pero también quedó claro que esos logros son producto más que de la administración que entrega el poder este 1 de junio, de los gobiernos precedentes. Quizás agobiado por las cifras, Saca seguía agarrando en el aire las palabras y volvía a sorprender con una que otra alusión directa a quienes estaban escuchándolo o a quiénes no, como la comisionada presidencial para el área social, Cecilia Gallardo. “Yo recuerdo cuando lancé Red Solidaria... ¿Cecilia estás por acá?... (Se detuvo. Levantó la cabeza y la mirada y la buscó, a su costado derecho, entre el público) No la veo, Cecilia...”. Ella no asistió por razones de salud.

El presidente también rememoró las elecciones presidenciales pasadas, habló del proceso de recomposición que vive su partido y terminó reconociendo retrocesos en materia social en El Salvador, lo que sorprendió al auditorio. “Nos declaramos, como gobierno, inconformes. Y aunque nos faltan pocos días como país, nos uniremos todos al Presidente, a su equipo, para que estos objetivos, que son en algunos casos una vergüenza nacional (el hecho de que existan todavía 800 mil gentes que vivan en una situación de pobreza extrema) se cumplan”, dijo el mandatario, al referirse al tema pobreza, que al igual que su otra gran apuesta (seguridad) regresó a los mismos niveles que cuando asumió su mandato en juniuo de 2004.

El documento presentado el jueves 21 de mayo por el gobierno y el Sistema de las Naciones Unidas, titulado “Sin excusas. Alcancemos los ODM en el 2015” dice, entre las líneas de sus 98 páginas, que los principales logros en el alcance de las metas del milenio son producto más de gestiones anteriores a él (Cristiani y Calderón) y que el presidente Saca ni siquiera superó el desempeño del presidente al que su mismo partido le criticó haber abandonado la cara social del modelo arenero: el ex presidente Francisco Flores.

“Yo quisiera profundizar y quizá voy a olvidar un poco este discurso, para profundizar que me siento orgulloso del gobierno que he encabezado y por supuesto que quisiera haber hecho muchísimo más. Hay limitaciones”, dijo Saca.

Las limitaciones se reflejan, por ejemplo, en que de las 12 metas recogidas en los ocho objetivos claves solo dos han sido cumplidas y el resto están en una suerte de futuro incierto, aún y cuando el mismo gobierno y el PNUD esperan que sean metas asequibles. Lo del futuro incierto es un escenario que algunos economistas plantean después de ver el contenido del informe y de relacionarlo con el momento que vive el país.

El informe de los ODM se presenta en un contexto desalentador para la economía salvadoreña y en un año en el que los indicadores sociales posiblemente se desplomen aún más que lo registrado hace un año, cuando la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples arrojó una noticia que el presidente Saca termina por aceptar hasta este año. El año pasado, según datos de la Dirección General de Estadística y Censos (Digestyc), en el periodo 2006-2007 la pobreza total pasó de 30.7% a 34.6%. Esto implica un aumento que sobre todo afectó a la zona rural, donde el retroceso fue de 35.85% a 43.8%. “A pesar de los avances que hoy ha reportado el PNUD, el hecho es que aún quedan cientos de salvadoreños y salvadoreñas en condiciones desfavorables y eso nos obliga a hacer más”, dijo Saca.

Pero para especialistas como Rafael Pleitez, gerente del área social de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), o Juan Héctor Vidal, asesor y ex director ejecutivo de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), o Carlos Briones,  director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso de El Salvador), el “hacer más” tuvo que concretarse en esta gestión y no postergarse para el futuro gobierno, que entrará en acción con las manos atadas y con una crisis económica a punto de explotar.

Sumado al retroceso en los índices de pobreza, El Salvador acarrea para 2009 un déficit superior a mil millones de dólares en las arcas del Estado, una caída en la recaudación de la renta del 48%, una caída de más de 14 puntos en las remesas y un escaso avance en áreas sociales, áreas que impactan directamente en el alcance de los ODM.

Dos El Salvador

En septiembre de 2000, cuando 193 países se comprometieron en las Naciones Unidas con los ocho objetivos clave para alcanzar las metas del milenio, El Salvador recorrió hacia el inicio de la década de los 90, que se utilizó como punto de partida para medir los cambios en materia social de los gobiernos firmantes.

Por ejemplo, la pobreza extrema entre 1991 y 2000 (firma de la Declaración del Milenio) se redujo en 12 puntos porcentuales, llegando a un 16% de la población (de un 28.2 en 1991) en esta condición. La meta para 2015 era de 14.1% y las proyecciones eran buenas para el área urbana y poco favorables para el área rural. Según las proyecciones oficiales, el principal sector afectado (en positivo) fue el sector urbano, que creció mejor que los sectores rurales en la década pasada.

Bajo la administración del presidente Flores (1999-2004) y en el primer año de la gestión Saca (2005), el porcentaje de población en condición de extrema pobreza se redujo en poco más de tres puntos porcentuales, alcanzando al 12.3% de la población en esta condición. El objetivo estaba más que superado. Sin embargo, “la reducción de la pobreza ha disminuido con baja velocidad a partir del año 2002”, dice Carlos Briones.

En 2005, año cuando el presidente Saca lanzó el programa Red Solidaria (navegando en contra de la línea de su partido y del modelo económico por este adoptado, que renegaba de la entrega directa de subsidios), el gobernante prometió reducir el porcentaje de hogares en pobreza a la mitad, aún cuando la coordinadora del área social, Cecilia Gallardo, declaró que pensaba dirigir más un programa de atención a la pobreza que de combate a la pobreza, como lo definió Saca.

Pero ni Red Solidaria logró mayores avances. Para 2007, los hogares en pobreza extrema apenas bajaron del 12.3% al 10.8%. La meta, desde 2005 ya estaba cumplida, pero en retrospectiva, los datos hablan de una disminución en el desempeño de la reducción de la pobreza, que en su medición total (fuera de los ODM) regresó a términos de 2004 justo en el último año de la medición del actual informe (2007).

“El Salvador podría sentirse parcialmente satisfecho con el cumplimiento de los ODM. Estas metas son apenas una agenda mínima de lo que se debe hacer”, dice el coordinador del informe, William Pleitez.

Y aunque Saca pide al país que vuelva la vista hacia la crisis financiera internacional para descargarse de responsabilidad en los retrocesos sociales, Rafael Pleitez, el gerente del área social de Fusades, advierte que la crisis por sí misma (elevado precio del petróleo que impactó en el precio de la canasta básica en 2006 y 2007) no explica el decrecimiento de la reducción en la pobreza. Para él, el fenómeno tiene que ver directamente con aquellas políticas integrales que hubiesen sido necesarias que acompañaran programas como el de Red Solidaria y que no aparecieron nunca. “Estamos en una crisis que pone en riesgos esos avances y por lo tanto necesitamos una efectiva red de protección social para que esta crisis, que puede durar un año, dos años, no pueda tener consecuencias negativas de largo plazo como por ejemplo, retroceder en mortalidad infantil”, dice Pleitez.

Para él, la crisis demuestra la alta vulnerabilidad de los sectores pobres del país a los que Red Solidaria no los arropó con una protección social flexible y anticíclica. “Tenemos una red como Red Solidaria que no tiene estas características y hay que fortalecerla”, añade.

Y es que los bajos índices en materia social registrados en 2007 -y que los especialistas esperan con alza en las estadísticas de 2008, que no se han hecho públicas- incluso pueden hace retroceder aquellos caminos en los que ya se había marchado hacia delante. Como lo plantea el economista Juan Héctor Vidal. La pobreza, por ejemplo, es un factor de mortalidad infantil, y aún cuando el país parezca bien encaminado a cumplir este objetivo, puede esperarse que el aumento de la pobreza impacte en esos avances.

Si la pobreza aumentó 3.4% de 2006 a 2007, la coordinadora del área social del gobierno, Cecilia Gallardo, ya había dicho a El Faro que dada la crisis internacional podía esperarse que en el informe que se haga público este año se registre un aumento de unos siete puntos.

A este fenómeno se agrega que en escenarios de crisis -según sostiene el PNUD- los gobiernos reducen su gasto social, con lo que la protección de los alcances obtenidos se ve en riesgo.

Prueba de ello es lo que Fusades ha venido planteando en sus informes de coyuntura en los últimos años. Según la institución, el presupuesto en desarrollo social -sin pensiones- aumentó, entre 2006-2007, en 16.7%, y luego su aumento fue solo de 2.35% en 2008 y de 2.81% en 2009.

“El Salvador sigue registrando el coeficiente más bajo en inversión social en América Latina. Pero olvidémonos de la relación coeficiente social-PIB”, dice Juan Héctor Vidal. “La calidad de la inversión es mala”, agrega.

Para él, hasta que el país no salga de la crisis es imposible que se avance en el cumplimiento de las metas de los ODM que están aún en espera (que son 10). “E inclusive se corre el riesgo de deshacer lo andado hasta el momento”, dice.

El cierre de Saca

El discurso que dio el presidente Saca este jueves, en la presentación del informe, duró casi una hora. Fueron 54 minutos, en cuyo último tramo de 15 el presidente se encargó de hacer públicas sus incomodidades con algunos señalamientos e incluso con algunas personas. En un momento llegó elturno de Juan Héctor Vidal. “Yo escucho”, comenzó Saca, “... vi aquí a Juan Héctor Vidal... querido amigo... (lo saluda levantando la mano)... yo escucho... he oído a economistas de economistas y ninguno me ha dado una explicación de lo que está pasando en el mundo. Nadie. De repente como que meterle tanta cosa a la gente: la crisis, la crisis, la crisis, ya uno no quiere salir... corriendo al final”, dijo el mandatario, intentando pulir sus ideas.

Pero Saca sí sabe y acepta en público que algunas cifras no le salieron bien. “Dice una expresión que lo conquistado no se entrega, yo diría que no podemos retroceder ni un solo paso de lo que hemos conquistado. (La crisis) quizás nos ha golpeado un poco en pobreza y hemos tenido un pequeñísimo retroceso”, admitió.

Saca tampoco se alegra de que de las 12 metas de los ODM El Salvador tenga tres etiquetadas con una alerta de “difícil cumplimiento”. El vaticinio negativo es para la meta de que todos los niños completen un ciclo de enseñanza primaria, la reducción a la mitad del porcentaje de personas que padecen hambre y la detención y reducción del VIH-sida.

El PNUD y los economistas celebran aquello conquistado, como dijo el mandatario, pero alertan (unos como mayor énfasis que otros) de que la situación actual puede complicar todo de cara a 2015. Curiosamente, Saca, más contrariado que alegre, dijo el pasado jueves exactamente lo mismo, y terminó deseando que el presidente Funes logre, en su gestión, llegar al cumplimiento de todas las metas, que se perfilan cuesta arriba en el quinquenio por venir.

“Por supuesto que se entusiasma uno con las cosas buenas, y los salvadoreños somos muy exigentes. Pero falta. Hemos avanzado en esto y esto y esto otro, pero falta. Esa inconformidad permanente es la que nos permite seguir adelante. Nunca estamos conformes, y qué bueno, yo he apoyado esa actitud, porque yo soy igual. Hay que ser inconformes...” terminó el mandatario.

 

 

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