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Memoria histórica

¿Dónde están los niños y niñas desaparecidas?

¿Dónde están los niños y niñas desaparecidas?

La falta de voluntad del Estado a través de la inoperancia de las instancias internas judiciales para proporcionar a los familiares de niñas y niños desaparecidos el acceso a la justicia son las razones que obligan a la Asociación Pro Búsqueda a buscar apoyo en otras instancias.

Por Damaris Aguilar.  CONTRAPUNTO. 

SAN SALVADOR - Para miles de salvadoreños y salvadoreñas el fin de la guerra significó despertar de una larga pesadilla que mortificó por 12 años sus libertades; sin embargo, hay quienes aún no ven claro el día en que podrán  dejar atrás la angustia y desesperación hasta no conocer  el paradero exacto de los niños y niñas que fueron arrancados de sus brazos en el fragor de la guerra.

 

El conflicto armado dejó un saldo de 9,000 personas desaparecidas de las cuales más de 797 son reportados como menores de edad.

Ante la necesidad por conocer qué sucedió con sus seres queridos, el 20 de agosto de 1994, por iniciativa del padre Jon Cortina y con la participación de 48 pobladores de Guarjila, Chalatenango, nació la Asociación Pro-búsqueda, con el único objetivo de buscar a los niños y niñas desaparecidas y reunirlos con sus familiares.

 

Ese mismo año Pro-búsqueda obtuvo frutos al encontrar a los primeros cinco niños desaparecidos durante el operativo militar de 1982 realizado en los pueblos y cantones del sureste de Chalatenango, bautizado por el Ejército como “Operación Limpieza”, en el que participaron los recién formados batallones de reacción inmediata Atlacatl y Belloso.

 

La Guinda de Mayo

 

Los sobrevivientes de ese operativo lo recuerdan como la “Guinda de mayo”, durante la cual las niñas Ernestina y Erlinda Serrano Cruz, por entonces de siete y tres años, respectivamente, fueron capturadas por militares del Batallón Atlacatl. Ellas vivían con sus padres en el cantón Santa Anita, Jurisdicción de San Antonio de La Cruz, Chalatenango.

 

Casi 28 años han pasado desde que las niñas fueron vistas por última vez y hasta la fecha su paradero se desconoce. De estar vivas, Ernestina tendría 35 años y Erlinda, 31.

 

El caso de las hermanas Serrano Cruz fue llevado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y se convirtió en la primera condena internacional contra el Estado salvadoreño, en marzo de 2005.

 

Los encargados de llevar el caso ante la Corte fueron Pro-búsqueda y el Centro para la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil), con sede en Washington.

 

Pro-búsqueda ha logrado llevar ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos otros casos de niños y niñas desaparecidas, entre estos está el proceso acumulado de las tres hermanas Contreras (Herminia Gregoria, María Clara y Julia Inés) y el de las dos Mejía Ramírez (Ana Julia y Carmelina), así como el de José Rubén Rivera.

 

Según la directora de Pro-búsqueda, Ester Alvarenga, estos casos ya tienen informes de fondo; es decir, que la Comisión ya resolvió  y necesitan ser llevados a una instancia mayor, la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

“En este caso Pro-búsqueda puede decidir si los manda a la CIDH o si lleva un proceso de solución amistosa con el gobierno”, dijo a ContraPunto.

 

De optar por la vía amistosa la Asociación haría una propuesta sobre lo que el Estado necesita cumplir; de lo contrario los procesos acumulados dejan abierta la posibilidad de que éstos sean llevados ante la Corte, que implicaría la sumatoria de tres sentencias más para El Salvador.

 

Las hermanas Ana Julia y Carmelina Mejía Ramírez desaparecieron en el contexto de la Masacre del Mozote, en la que unas 900 personas fueron masacradas en diciembre de 1981 por efectivos militares, en los cantones El mozote, Los toriles y La joya, en Morazán. De esa zona las niñas fueron trasladadas hasta la cabecera departamental, Gotera, donde fueron reclamadas por una madrina. Sin embargo, los soldados regresaron más tarde por las niñas alegando que por órdenes del coronel del Destacamento Militar Número 4 tenían que llevarse a las menores.

 

Otros casos de desaparición forzada son los de Emelinda Lorena Hernández, Santos Ernesto Salinas, José Adrián Rochac, Manuel Antonio Bonilla Osorio y Ricardo Abarca Ayala. Todos desaparecidos a manos del Ejército durante masacres cometidas en operativos militares.

 

Las desapariciones de estos cinco niños y niñas fueron presentadas ante la Comisión Interamericana en 2003, después de que las demandas de habeas corpus (recurso legal para determinar la violación a los derechos humanos) resultaran infructuosas y de no obtener adelantos en las investigaciones, a pesar de las denuncias de los familiares y las recomendaciones hechas por la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos.

 

El Estado al banquillo

 

Ante la renuencia oficial de avanzar en las investigaciones de esos casos, el 6 noviembre de 2006 el Estado salvadoreño fue llamado a comparecer a petición de Pro-búsqueda ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington, por los casos de Emelinda, Lorena, Santos Ernesto, José Adrián, Manuel Antonio y Ricardo.

 

La falta de voluntad del Estado a través de la inoperancia de las instancias internas judiciales para proporcionar a los familiares de niñas y niños desaparecidos el acceso a la justicia son las razones que obligan a la Asociación a buscar apoyo en otras instancias.

 

“Cuando las instancias internas no responden ahí se podría entender como que se está denegando la justicia y el acceso a la misma. Entonces, a raíz de eso es que se busca ir a instancias internacionales”, explicó a ContraPunto la abogada de Pro-búsqueda, Marina Cubías.

 

El caso de las hermanas Serrano Cruz es un claro ejemplo de la negativa que el Estado ha tenido ante la petición de justicia y el esclarecimiento de los hechos que conlleven a dar con el paradero de las menores.

 

En el 2005 la Corte Interamericana dictó la primera condena internacional contra El Salvador por violación a los derechos humanos; sin embargo, en ese entonces los gobiernos de turno no mostraron ningún interés en cumplir los señalamientos hechos por el organismo internacional.

 

Por el contrario, el Estado se dedicó a negar firmemente la existencia de las niñas Serrano Cruz. Según la directora de Pro-búsqueda el gobierno anterior nombró a un equipo de fiscales para trabajar sólo en función de desmentir el trabajo que la Asociación venía realizando.

 

“Secuestró el libro de fe de bautismo para quitar la partida de las niñas en Chalatenango, pero nosotros ya teníamos una copia de ella; todo para negar que esas niñas nacieron”, señaló Alvarenga.

 

En la sentencia del caso Serrano Cruz, la Corte obliga al Estado salvadoreño a cumplir 10 medidas de reparación entre estas: realizar un acto público de desagravio a las víctimas, en presencia de "altas autoridades" y  miembros de la familia Serrano Cruz.

 

En marzo 2006, el gobierno del presidente Antonio Saca realizó un acto en el que se suponía que el Estado pediría perdón a la familia Serrano Cruz, sin embargo, sólo  “lamentaron” los hechos sucedidos. Evento al que ni siquiera Saca se hizo presente y delegó la actividad a su ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Laínez.

 

La actividad fue otro de los errores cometidos por el Estado al no cumplir con lo estipulado por la Corte: pedir perdón a los familiares de Ernestina y Erlinda. El evento generó el enojo de los presentes entre estos el de la entonces procuradora de los Derechos Humanos, Beatrice de Carrillo, quien señaló que no se pidió perdón.

 

“El acto en el que tenían que pedir perdón a la familia, terminaron victimizando a la familia porque en realidad lo que hicieron fue una especie de reencuentro” explicó Cubías.

 

Por si fuera poco, el plato fuerte del acto no fue la reparación a la familia Serrano Cruz,  sino el reencuentro de “Teresa Margarita”, caso que ni siquiera era de la guerra señaló Alvarenga.

 

“La niña, la misma familia lo dice, ella se fue de la casa. Lo que hubo fue un reencuentro, con el gran banner de la muchacha y de la familia que armaron. Cuando en  plaza pública en Chalatenango era pedir perdón público a los familiares de Ernestina y Erlinda” subrayó.

 

En el discurso de celebración del 18 aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz, el pasado 16 de enero, el presidente Funes se comprometió a “prestar la más amplia y activa colaboración con las autoridades competentes nacionales e internacionales que investigan causas emanadas de la violación de los derechos humanos”.

 

Asimismo, firmó el decreto de creación de la Comisión Nacional de Búsqueda de Niñas y Niños Desaparecidos que según el mandatario reunirá los estándares requeridos por la CIDH.

 

Sin embargo, el 28 de enero de 2009, en una audiencia privada realizada en Costa Rica, Pro-búsqueda, el Estado y la Comisión informaron sobre cómo ha ido el cumplimiento de la sentencia emitida en 2005.

 

Han pasado casi cinco años desde que la Corte dictó la primera sentencia contra El Salvador y desde entonces el Estado aún sigue incumpliendo.

 

Ante la persistente inactividad del Estado, que admitió la falta de avances en el proceso, la Corte ordenó enviar información detallada y actualizada sobre el avance de la investigación, así como referirse a los pasos a seguir en el desarrollo de la misma, y la explicación de por qué no ha habido avances en el caso Serrano Cruz. 

 

En la resolución emitida el pasado 16 de febrero, la CIDH exhortó a El Salvador, a adoptar todas las medidas necesarias para el rápido cumplimiento de los puntos pendientes de la sentencia en el caso de las hermanas Serrano Cruz.

 

Show cibernético

 

Entre los puntos que aún se adeudan está el sistema de información genética para lograr la identificación, determinación de filiación de las personas desaparecidas y la creación de la página web de búsqueda de desaparecidos que fue establecida, pero que a criterio de la directora de Pro-búsqueda, el sitio electrónico no cumple con los requisitos para su cometido. 

“La página debe de informar a la gente que lo que busca son niños desaparecidos durante la guerra para que la gente se acerque a denunciar el caso. Y lo que hubo es una pagina web de propaganda de show para decirle a la CIDH: mire hicimos un  reencuentro (de familiares con niños y niñas perdidas en la guerra)”, explicó. 

A la fecha el sitio electrónico creado se encuentra “temporalmente” inhabilitado, a pesar de que en la resolución de la Corte se señala que “es necesario que El Salvador restablezca el funcionamiento, a la mayor brevedad, de la página web de búsqueda…” 

Para la Corte el sitio web debe constituirse como una herramienta eficaz para determinar el paradero de las hermanas Ernestina y Erlinda, y de los demás niños y niñas desaparecidas. 

Ante la última resolución de la Corte (16 febrero 2010) el Estado salvadoreño ha dicho que brindará la atención médica y psicológica a la familia Serrano Cruz.

El canciller Hugo Martínez dijo que para ello ya se ha firmado un convenio para llevar a cabo ese fin con autoridades del Ministerio de Salud y la Universidad Centro Americana (UCA), además aseguró que la asistencia ya está siendo brindada.

Según Martínez lo “único” que está pendiente de la resolución de la Corte es la investigación de la desaparición de las hermanas, que sale del control del Ejecutivo y que corresponde a la Fiscalía General de la República y a la Corte Suprema de Justicia. 

“Lo único que podemos hacer es trasladar las preocupaciones de la Corte Interamericana, exhortar a los otros órganos para que se cumpla con ese mandato”, señaló.

La Corte por su parte, supervisará la forma en la que se brinde la atención médica y psicológica a la familia Serrano Cruz, así como la verificación de la puesta en marcha  de la Comisión de Niños y Niñas Desaparecidos, del sitio web y del banco genético. 

El Estado salvadoreño tiene como plazo el 30 de junio de 2010 para informar a la Corte sobre las medidas adoptadas para cumplir con las reparaciones ordenadas por la Corte que continúan pendientes.

 

 

 

El Salvador va celebrar dissabte de 16 de gener el 18è aniversari de la signatura dels Acords de Pau.

El Salvador va viure un conflicte armat del 1980 al 1992, que va deixar més de 75.000 morts i 8.000 desapareguts, d’acord amb l’informe de la Comissió de la Veritat de les Nacions Unides. El 16 de gener de 1992 el Govern del president Alfredo Cristiani i la comandància del FMLN van signar aquests Acords de Pau al castell de Chapultepec, a Mèxic.

Per primera vegada a la història, un president d’un govern del FMLN a El Salvador, Mauricio Funes, va presidir l’acte de commemoració d’aquests Acords de Pau, on en va reconèixer la transcendència històrica, i va dir que era un reflex de la voluntat dels salvadorencs i les salvadorenques per recuperar la importància del 16 de gener com a data clau per reprendre l’esperit d’aquests Acords, que constituïen el major contracte social de la història del país.

La lletra dels Acords fins al moment no s’havia complert en la seva totalitat, per això, el president Funes, en nom de l’Estat salvadorenc, va reconèixer públicament la responsabilitat de l’Estat en la comissió de greus violacions als drets humans i abusos de poder, i va demanar perdó per això. I va demanar que aquest perdó serveixi per dignificar les víctimes, perquè els ajudi a alleujar el seu dolor i que contribueixi a curar les seves ferides i les de tot el país, amb el desig que aquest gest contribueixi a enfortir la pau i a construir un futur d’esperança.

El president Funes també va anunciar que es crearia la Comissió Nacional de Recerca de Nens i Nenes Desapareguts, que reunirà els estàndards requerits per la Cort Interamericana de Drets Humans, per alleujar i reparar un dels sectors de les víctimes que més ha lluitat pels seus drets. Va dir que això era, a més un acte d’homenatge i agraïment a Jon Cortina.

Esperem que realment el canvi que el poble salvadorenc esperava i l’esperança que va començar el 15 de març de 2009, amb la victòria de l’FMLN a les eleccions, es comenci a materialitzar i que els Acords de Pau es comencin a complir en la seva totalitat ara que ja han complert la majoria d’edat.

El Salvador celebró el sábado día 16 de enero el 18º aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz.

El Salvador vivió un conflicto armado del 1980 al 1992, que dejó más de 75.000 muertos y 8.000 desaparecidos, de acuerdo con el informe de la Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas. El 16 de enero de 1992 el Gobierno del presidente Alfredo Cristiani y la comandancia del FMLN firmaron estos Acuerdos de Paz en el castillo de Chapultepec, en México.

Por primera vez en la historia, un presidente de un gobierno del FMLN en El Salvador, Mauricio Funes, presidió el acto de conmemoración de estos Acuerdos de Paz, donde reconoció la trascendencia histórica, y dijo que era un reflejo de la voluntad de los salvadoreños y las salvadoreñas por recuperar la importancia del 16 de enero como fecha clave para reprender el espíritu de estos Acuerdos, que constituían el mayor contrato social de la historia del país.

La letra de los Acuerdos hasta el momento no se había cumplido en su totalidad, por este motivo, el presidente Funes, en nombre del Estado salvadoreño, reconoció públicamente la responsabilidad del Estado en la comisión de graves violaciones a los derechos humanos y abusos de poder, y pidió perdón por esto. Y pidió que este perdón sirva para dignificar a las víctimas, para que les ayude a aliviar su dolor y que contribuya a curar sus heridas y las de todo el país, con el deseo que este gesto contribuya a fortalecer la paz y a construir un futuro de esperanza.

El presidente Funes también anunció que se crearía la Comisión Nacional de Búsqueda de Niños y Niñas Desaparecidos, que reunirá los estándares requeridos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para aliviar y reparar uno de los sectores de las víctimas que más ha luchado por sus derechos. Dijo que esto era, además un acto de homenaje y agradecimiento a Jon Cortina.

Esperemos que realmente el cambio que el pueblo salvadoreño esperaba y la esperanza que empezó el 15 de marzo de 2009, con la victoria del FMLN a las elecciones, se empiece a materializar y que los Acuerdos de Paz se empiecen a cumplir en su totalidad ahora que ya han cumplido la mayoría de edad.

 

 

 

En el año de l984. Herbert Anaya entrevisto, en el lugar de los hechos a Rufina Amaya una sobreviviente de la masacre del Mozote.

Este es un relato impresionante, escrito por este gran luchador de los Derechos Humanos, con el fin de rescatar la vivencia, sobre uno de los capítulos más abominables de la guerra contra la población humilde del norte de Morazán, situado al oriente de El Salvador.  Hoy, en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, conmemoramos un aniversario más de este horrendo crimen contra la humanidad, que hasta la fecha sigue impune, en el que fueron asesinados cientos de niños y niñas, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, a manos de los agentes gubernamentales del “Batallón Atlacatl”, entrenados por el Gobierno de los Estados Unidos, y comandados directamente por el Coronel Domingo Monterrosa durante los dias 10, 11 y 12 de diciembre de 1981.
 
EL MOZOTE…NUNCA MAS !
  
“Que oiga el mundo, cual es el precio que hemos pagado
 por la paz de nuestra nación futura…”
Herbert Anaya Sanabria, 1984
 
“Que la memoria de los mártires no os deje morir en paz”
Pedro Casaldaliga
 
“”””””Hay veces nos insertamos presurosos, donde nuevas sensaciones inexploradas muestran sus matices; en una columna informe el estrecho camino nos conduce hacia El Mozote; llegamos cuando casi todo comienza, el lugar se encuentra enclavado en el regazo de tres cerros, ¡ahí las semillas germinaron, no hubo mas pie del hombre o la mujer que la aplastara.
 
Su única calle ancha, deja entrever su tierra colorada, el tinte se lo dieron los siglos, pero se que el verdadero color se lo dio un día la guerra, para quedarse inmóvil diciéndonos algo, mejor dicho gritándonos algo.
 
Nos movemos sin darnos cuenta, casi mecánicos, doblamos por su centro, en lo que fue la plaza, a los lados, enormes enredaderas han cubierto de sombras las húmedas paredes encorvadas que aun quedan, fueron moradas, donde la grulla de cipotes corrían jugando escondelero, los ancianos requemados, sobre la piedra mostraban su cansancio arrugado, cae la tarde ¡la ultima tarde, del ultimo verano!  ¡las agujas de un tiempo invisible marcan casi las seis, mientras tanto la cocina ríe con el hervor de los frijoles, Juan mira a la Juana , ambos esperan inquietos llegar la noche, el chumpe llora, los pericos callan, un alma de chucho corre bobo y rezagado, de pronto explosiones y gritos, los morteros se acercan acosando con su negro humo, las ráfagas de fusiles automáticos intimidan el animo, luego un enjambre de soldados aparece con la mirada desorbitada, esconden el miedo en improperios desaforados, vienen en busca del guerrillero.
 
¡Salgan todos de sus casas!  ¡Afuera, nadie se quede!  Todos a la plaza!  El campesino indignado y sin camisa sale vociferando en sus adentros “cuilios cerotes, otro cateo” las mujeres preocupadas, con delantales prensa dos de pequeñas manitas llorosas, se van juntando por la calle, la tensión se va volviendo un pequeño riptus a la muerte, los viejos enclenques forzan sus mandíbulas e invocan a Dios, el famélico perro esconde la cola, corre a esconderse en señal de sumisión.-¡Todos ustedes son guerrilleros! acusa un sargento de nervioso movimiento, su mano empuña el fusil, mas bien el dedo en el gatillo ansia terminar pronto.- ¡Mi teniente dice que son guerrilleros! Por eso van a morir!.- La sentencia estaba echada, un murmullo agitado descorre el velo del silencio, Juan con una seguridad espasmosa, agigantado y sin miedo responde “nosotros aquí nacimos, trabajamos, la Jarcia es nuestra vida.- ¡También aquí se les va a acabar! interrumpe el sargento.
 
Ustedes son guerrilleros!  Mi coronel nunca se equivoca! Solo esperamos la orden de arriba para comenzar la limpieza.- ! Vayan a sus casas! Y ay de ustedes si asoman las narices o tratan de escapar. ! Todo esta cercado! Las protestas crecían sin encontrar un eco, una esperanza, ya no habrían respuestas, otra vez la expectativa y el zumbido sordo juntos, las palpitaciones se detienen causadas en el pecho de la Juana , el miedo corre de un lado a otro prestando sus favores ¡no nos van a matar, no se preocupen!  le dice Juan para calmarla, - la mayoría son niños, aquí no hay guerrilleros, ellos lo saben por las familias de soldados, si, ¿pero no dicen que esto es parejo? interroga Juana, buscando una certeza de lo imposible.
 
Los niños duermen ignorando la espera, la anciana presiente lo inevitable, por ello consuela las ultimas horas, acaricia temblorosa una cabecita suave, sus nietos no crecerán mas, balbucea un padrenuestro, el cansancio la domina casi. ¡Todos a la plaza de nuevo! Oyéndose la roncosa orden como paso al desenlace, son las cinco de la mañana!. ¡los grillos chirrían demasiado tristes, pero nadie los oye, los gallos extrañamente no cantan, el frió penetra hondo, las estrellas, bueno las estrellas brillan como siempre pero esta vez grabando un presagio, la muerte.
 
Dos filas de hombres aquí! Señalando el teniente el lugar frente a la ermita.  Las mujeres, los viejos y los niños aquí! Erigiendo la formación de cara a las otras, la plaza esta replete de humanos, unos callan otros hablan in entendibles voces, se entrecruzan claros lamentos: Mamá tengo frió, tengo hambre, vàmonos a casa, una niña de ocho meses llora por la chiche, soldado por favor déjenme ir a traer una colcha para envolver a mi hija ¿para que si ya van a morir?, contesta con prepotencia el uniformado.
 
Por momentos, gritos, ordenes, ruegos, llantos, rezos, imprecaciones, fusiles, chasquidos se  confunden, la deshuesada ronda al momento, impaciente, exigiéndole, a veces protesta y se marcha, son las siete de la mañana, a lo lejos el ruido claro del pájaro verde con sus aspas negras aparece, Todos los hombres a la ermita!  Los demás a la casa grande. ¡Que nadie salga!  Son las ordenes del teniente. El motor ensordece, el polvo se levanta impetuoso, viene el coronel, varios civiles armados hasta los dientes bajan, son los escuadrones de la muerte, comentan, - hoy si rapidito vamos a terminar agrega un soldado, lanzando una burlona carcajada de ofensiva careta, escondiéndose en el ámate.
 
Los niñitos espantados buscan protección en las enaguas  ya viene la orden que esperan? se interroga, afirmativa Juana, a todos nos mataran prosiguen diciendo sus lagrimas heladas, por su mente sucesión de rápidos recuerdos y noticias pasan, las masacres contra el pueblo, las denuncias internacionales que oyó por la radio, los desmentidos del gobierno, nos mataran, a mi, a mis hijos, a mi Juan, a todos, luego dirán que fue un enfrentamiento, viene a ella la consolación natural que siempre se presenta antes de la muerte, ya casi terminara esta angustia y sufrimiento, nos iremos juntos. Malditos! Asesinos! No se olvidara nunca esta matanza.
 
El coronel discute con los mandos, imparte las ordenes de arriba, su cara mas parece la de una rata, por su deforme quijada comprimida y abultada en la boca, “que nadie se quede, todos son guerrilleros, no hay que dejar simiente de terengos, mucho menos testigos” su traje de campaña y la
obesidad del que se harta, lo vuelve un personaje notorio, producto del enorme esfuerzo.- Todo jefe de batallón o fuerza militar genocida es así, la dictadura es así.
 
Garbosamente sube al helicóptero, los militares de civil se quedan, vienen a hacer fácil la misión para algunos inseguros soldados; otra vez truenos y polvaredas, el pájaro verde de aspas negras alza el vuelo, después de una breve calma y prolongado silencio ¡Primeros los hombres! Por que nos van a matar hijos de puta!? Saquen esos dos cabrones! ¡Amárrenlos! ¡Somos inocentes! ¡Al suelo! ¡No, boca abajo pendejo! Torengo culero! Déjate morir! Al instante el civil armado blande el colin, lo alza con fuerza hacia la oscuridad que lo persigue, baja cortando el aire con rabia y zas, la cabeza
salta dando vueltas, arrastra borbollones de sangre, sus lazos con el cuerpo quien retuerce los últimos movimientos. ¡ El otro, este ya estuvo! No se quiere dejar amarrar, sooo cabron! Tiralo al suelo y ponele las botas en las manos, que quede libre la cabeza! Eso es! ¡Ves que fácil! Nunca aprenden soldados de mierda!  grita el civil, experto miembro del escuadrón de la muerte. Vamos, apúrense hay que terminar ligero!  mientras limpia el filo hiriente en el monte, atorado de carne; su nervoso bíceps se ha hinchado por el ejercicio, es su trabajo de verdugo; el sudor se jineta en el entrecejo, corriendo a las cóncavas regiones, sus reflejos hacen que el dorso de la mano las restriegue, sin resultado, sacude la cabeza, avanza, se detiene, puntos negros comprimen su pequeño cerebro. ¡Hey! Yo ya me canse, denle ustedes a estos babosos, la orden paso inadvertida, balas y estocadas se juntaban ya a decenas de cuerpos, se abren los pechos, pedazos de viseras
gelatinosas se esparcen, los músculos deshilados se desprenden en los entronques, la pólvora deja la piel pringada, ante el disparo en corta distancia, los quejidos persiguen el dolor efímero, un filazo desorientado mella su ángulo en la piedra, alcanza a cortar secciones del brazo, dejando descubierto el humero como espiando, - ¡Ya la cague! rápido vuelve al golpe acertando a desbaratar la columna, - hoy si ya estuvo, luego nada, todo termina.  La sangre se junta en el cáliz de la flor, para la postrera venganza del pueblo.
 
Ahora demole a las mujeres! mientras sacude con fuerza las manos, de las cuales no se sueltan las manchas rojas pero antes de darles merengue, hay que coger a esas putas, no las vamos a desperdiciar, verdad sargento? Mueve la cabeza dando su asentimiento,  pero primero todas las viejas, mucho gritan, la ametralladora? intermitente el apaga llamas, frente a un cerro de cabellos y de trenzas entrecanas; los huesos amarillentos rápido se desmoronan entre epidermis enjutas. Por las veredas hacia los montes arrastran a grupos de púberes mujeres, el traqueteo de la sesenta a veces se calla para que los gritos ahogados se oigan.-¡Traigan ahora a las mujeres paridas! Si teniente, pero hay unos cipotes que no las sueltan. Comiencen a matarlas con esos mocosos que se nos hace tarde!
 
Si, el norte dicembrino hacia acostarse el Jaragua, por la calle, bocanadas de agitado aire, concentrándose en un vértice, el remolino asciende empolvado a las alturas, los cutes de vidriosa lente aguda se unen con sus alas extendidas hacia aquella fantasmal figura, rondan con su despacioso vuelo, esperan, el cielo comienza a cerrarse atrayendo los colores de un frió verano.-Mi teniente terminamos con todas las mujeres, ¡por fin terminamos! Muy bien sargento! Ordene que los soldados saquen de aquella casa redes de tusa. Préndanle fuego a los muertos, que se quemen con todo y casas! Si mi teniente! Pero aquí hay que vigilar, no vaya a ser que un muerto salga huyendo de la achicharrada.- ¡No ande creyendo en esas cosas sargento! Si pero los informes dan cuenta que aquí habían brujos que ayudaban a los terengos! …¡Deje de hablar y cumpla la orden!.. Descomunales llamas corren hacia arriba, donde la base de la antorcha humana, recuerdan a los diferentes mártires en las distintas épocas, los siempre buscadores de la verdad, los exploradores de nuevas formas de libertad. Un soldado extasiado contempla el espectáculo, mientras murmuran otros. Ya dieron la orden de darle mecha a todos los cipotes.  ¡Puta, yo cipotes no mato, son un bergo! Son mas de quinientos contesta el asomo de remordimiento que aun queda..
Si no lo haces con nosotros lo hacen, así que vamos, nada te sacas de estar viendo y oliendo carne quemada.
 
La noche hace sentir su fúnebre aroma, un búho sacado del cuento lúgubre, Reflecta la luz de la hoguera, quiza es Poe escribiendo versos quizà Suárez, Gueimain o Dalton, esculpiendo el sufrir del pueblo en un trozo de firmamento,  para que lea y oiga el mundo, cual es el precio de la paz de nuestra nación futura.
 
Por todas las expresiones concebidas! Helase la sangre, esos niños no gritan, es una especie de plegaria que atormenta a malvados y a la vez esperanza para los pobres del planeta; es indescifrable el suplicio. Que fue Sabrá y Chatilla? Nada, un infante lo lanzan hacia arriba, el soldado lo recibe atravesándolo el colin por el tronco, riéndose el espantajo, bota el pequeño corazón dentro de un pozo artesano. Aquí tirenlos! señalando  el oscuro agujero, cortado en punta por la proyección de la luna, en el fondo desesperados chapoteos se ahogan por el peso de otros cuerpos, unos vivos, otros muertos; del manzano frutos postizos danzan inertes al vaivén del viento, ahorcados hicieron a tantos los chacales, mientras los ecos repiten interminables mamá, mamá, nos matan! ¡El conjunto del llanto clamorea a la conciencia venganza! mamá, el cuchillo nos mata!.. El justo clama justicia, justicia clama, Mama nos están ahogando!  Venganza, venganza de mi pecho salta!  Un arma, un arma para matar al asesino!  Un arma, un arma para matar al oscurantismo!. Poco a poco todo acaba, el fuego arde, de pronto un techo cede, aplastándose... Charli, Charli.-Aquí torre blanca, Coronel, la misión fue cumplida, cambio, PRENSA GRAFICA: CONTUNDENTE DERROTA MILITAR SUFREN SUBVERSIVOS!! por lo menos 600 bajas sufren los terroristas, nuestra gloriosa fuerza armada después de incruentos combates derroto las hueste comunistas en el lugar conocido como el mozote, números fueron los heridos abandonados por los desmoralizados guerrilleros……Señora Rufina Amaya, ¿es usted una de los dos sobrevivientes de esta matanza, “si yo soy” ¿puede relatarnos lo sucedido aquí? “el once de diciembre de mil novecientos ochenta y uno, si luego de un mortereo, entraron los soldados y nos sacaron a la plaza..la cámara sigue sus movimientos reconstruyendo los hechos, fue la fuerza armada insistía, hace tres años, hace tres años, no lo puedo olvidar, ni el pueblo lo olvida contestamos; descansamos en un pedregal bajo un aceituno, unos huesos verduscos nos miran, siempre serán los mudos testigos que hablaran hoy y mañana; un aguacero se deshace cerniendo mas calor, la grabadora revisa el estado del testimonio; el zacate crecido nos sirve de cortina, contraviento de las inclemencias…..enormes enredaderas, han cubierto de sombras las húmedas paredes encorvadas que aun quedan, fueron moradas...””””””
 
 
Herbert Anaya Sanabria 1984
 
 
Nuestra voz no la callaran nunca....


 

MEMÒRIA HISTÒRICA: "EL SALVADOR: UNA OPORTUNITAT A LA VIDA, TRENCANT SILENCIS"

En el marc de la recuperació de la memòria històrica al voltant d’un episodi desconegut de la història recent de El Salvador, el petit país d’Amèrica Central, on el conflicte armat va durar dotze anys (1981-1992) i on les víctimes de violacions dels drets humans han estat totalment oblidades per les autoritats polítiques del país. Es tracte d’una sessió de videofòrum, a partir de la visió d’un documental i de la presentació- xerrada d’un llibre, que narren un episodi desconegut de la història del conflicte armat a El Salvador, on es posa de manifest que l’opció per la pau és sempre possible, fins i tot, en un context de guerra declarada i sota les condicions més adverses. Així, aquest cinefòrum vol transmetre un clar missatge: la necessitat d’educar en la pau i en el diàleg i la importància de la reflexió i la presa de consciència  com a alternatives vàlides a la violència, a la intolerància i a l’oblit.

Almudena Bernabéu: «Habrá justicia para jesuitas y para El Salvador»

DIARIO COLATINO

San Salvador/dpa

Almudena Bernabéu es quizá la abogada de causas humanitarias a la que más temen los militares salvadoreños, quienes en la pasada guerra civil cometieron crímenes de lesa humanidad. Su competencia personal le ha permitido ganar cuatro juicios sin perder ninguno. Ahora está enfrascada en otro mayor: contra 14 altos oficiales que habrían planeado y ejecutado a seis sacerdotes jesuitas y dos de sus empleadas, hace exactamente 20 años.

«Habrá justicia no sólo para los jesuitas asesinados salvajemente, sino para todo El Salvador», dijo a dpa esta valenciana de 35 años de edad, que reside en San Francisco, California, desde hace 10 años. Se encuentra de visita en El Salvador para participar en varios homenajes que se rinden a los asesinados aquel 16 de noviembre de 1989, en las instalaciones de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).

La causa de los jesuitas masacrados en noviembre de 1989 llegó a la Audiencia Nacional de España, hace un año, cuando Bernabéu, actuando a nombre del Centro de Justicia y Responsabilidad (CJA, por sus siglas en inglés) y de la Asociación Pro-Derechos Humanos de España, interpuso la querella en Madrid, la misma que después fue admitida y en la actualidad procesada por el juez Eloy Velasco.

El 16 de noviembre de 1989, la guerrilla salvadoreña atacó la capital del país y tomó varias colonias; atacó puestos militares, incluso la residencia presidencial donde vivía el entonces presidente Alfredo Cristiani y su familia. Por primera vez el Ejército, el gobierno y los representantes del gran capital local se sintieron acorralados. Y decidieron una contraofensiva.

La guerrilla denunció en su momento que se trató de «una noche de cuchillos largos», en la que las víctimas más destacadas resultaron ser los jesuitas, encabezados por el Rector y Vicerrector de la UCA, Ignacio Ellacuría e Ignacio Martín Baró, respectivamente, quienes además eran destacados exponentes internacionales de la Teología de la Liberación.

Aquella madrugada también fueron masacrados a sangre fría el director del Instituto de Derechos Humanos (IDHUCA), Segundo Montes, así como los profesores Joaquín López y López, Juan Ramón Moreno y Amado López. Las colaboradoras asesinadas fueron Julia Elba Ramos y Celina Mariceth Ramos, su hija de apenas 16 años de edad. La acción fue ejecutada por un comando del Batallón Atlacatl, experto en contrainsurgencia y entrenado en Estados Unidos.

Bernabéu termina una charla privada con los miembros del IDHUCA y con estudiantes de Derecho, en un salón de la UCA. «Vamos al Jardín de las Rosas», dice. Se refiere al patio que antecede a la casa donde vivían los asesinados y que ahora es conocido como «Jardín de las Rosas», porque el esposo de Julia Elba y padre de Celina Mariceth, que era jardinero de la UCA, sembró un rosal que cuidó hasta su muerte reciente.

«Nunca había estado aquí...», dice y mantiene silencio al leer la placa que detalla lo que ahí ocurrió. En seguida la abogada recorre el pequeño museo donde se exponen las huellas de la masacre. La ropa y las biblias agujereadas por las ráfagas de ametralladoras; un cuadro del Arzobispo Oscar Romero quemado con un lanzallamas; fotos de una máquina de escribir también quemada.

Los querellantes demandaron a Alfredo Cristiani Burkard (presidente de El Salvador y jefe de las Fuerzas Armadas); al general Rafael Humberto Larios (ministro de Defensa); al general René Emilio Ponce (coronel y jefe del Alto Mando de las Fuerzas Armadas); al general Juan Rafael Bustillo (general y comandante de las Fuerzas Aéreas); al general Juan Orlando Zepeda (coronel y Viceministro de Defensa); a Inocente Orlando Montano (coronel y Viceministro de Seguridad Pública); a Francisco Elena Fuentes (coronel y comandante de la Primera Brigada de Infantería) y a Carlos Camilo Hernández Barahona (mayor y decano asistente del Colegio Militar).

Además demandaron también a los integrantes del Batallón Atlacatl: José Ricardo Espinoza Guerra (teniente); Gonzalo Guevara Cerritos (teniente segundo); Oscar Mariano Amaya Grimaldi (soldado raso); Antonio Ramiro Ávalos Vargas (sargento); Angel Pérez Vásquez (cabo); Tomás Zárpate Castillo (sargento segundo); José Alberto Sierra Ascencio (soldado raso).

Según Bernabéu, el juez Velasco decidió excluir al ex presidente Cristiani de la causa, a quien podría sin embargo incluir si es que en el proceso se comprueba alguna participación en la masacre.

«Este es un proceso lento y puede ser largo, pero en un año hemos tenido varios logros destacados. En primer lugar que se haya admitido; que los fiscales, por unanimidad, también dieran su aval y porque en España, conservadores y liberales, de derecha e izquierda, todos lo apoyan pese a ser una causa de justicia universal, interpuesta por un querellante popular», explica la abogada.

Después indica que otro de los logros hasta ahora obtenidos es que «hemos encontrado y hemos tenido acceso a informes de inteligencia de varios países, a documentos desclasificados de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, por ejemplo: varios documentos y declaraciones que nos han permitido establecer que este crimen se comenzó a gestar desde el 13 de noviembre, tres días antes de los hechos en sí».

En ese sentido, la abogada y experta investigadora señala que «es muy probable que se llegue a establecer responsabilidades de más personas que los demandados. Eso será muy importante para que se conozca la verdad y la historia de este grave hecho».

Bernabéu no puede hablar mucho del proceso y de lo que sigue, pero cree que en los próximos días acudirán ante el juez otros personeros importantes que investigaron desde un inicio los pormenores de la masacre.

«El juez Velasco es un hombre capaz e inteligente. Es la ‘créme de la créme’ de la investigación y estoy segura que hará un destacado papel en el caso para establecer la justicia», dijo la abogada española, quien ya estuvo antes en la Audiencia Nacional con casos de Guatemala referentes al genocidio durante la guerra civil en la década de 1980.

En El Salvador los proceso del «caso jesuitas», que tuvieron lugar en 1991 y en 2000, fueron una «farsa». En el primero fueron encarcelados dos oficiales, a quienes amnistiaron a los dos años. En el segundo, los presuntos autores intelectuales fueron sobreseídos con argumentos irrisorios. Una de los grandes obstáculos para una verdadera justicia en El Salvador ha sido la vigencia de la Amnistía General de 1993, promulgada por el entonces presidente Alfredo Cristiani.

«Habrá justicia, éste es un caso sólido. Además ya veremos como mucha gente va a cooperar y va a hablar... Se sabrá la verdad», dice también Bernabéu, quien añade que está en El Salvador con mucha alegría, aunque en Estados Unidos algunos salvadoreños le decían que se cuidara y que no se confiara. «A los escuadrones de la muerte nunca los desmantelaron», le advirtieron.

«No sé. Pero no me da miedo estar en este país. Es la segunda vez que vengo. Sé que hemos tocado a los más poderosos de aquí, pero no tengo temor», dice finalmente con una sonrisa de tranquilidad.

Entrevista - Benjamín Cuéllar (UCA): ‘El que mata y queda impune, vuelve a matar

Entrevista - Benjamín Cuéllar (UCA): ‘El que mata y queda impune, vuelve a matar

16.09.09 - EL SALVADOR.  ADITAL

Director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana de El Salvador: "Es un sistema de justicia discrecional, que distingue la calidad de la víctima y la calidad del victimario para impartir o no justicia". Fotos de José Orozco.

Benjamín Cuéllar es abogado y politólogo salvadoreño, desde 1992 dirige el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana "José Simeón Cañas" (IDHUCA) y es miembro del Consejo de Directores del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL). En esta entrevista se refiere al sistema de justicia de su país, el cual califica de "frágil y nulo" debido, entre otros factores, a la forma discrecional en que se eligen a los Magistrados de la Corte Suprema y a la falta de depuración dentro de La judicatura.
Cuéllar sostiene que para impartir o no justicia, el sistema salvadoreño se basa en la calidad de la víctima y del victimario. Se refiere a la necesidad de conocer la historia para no cometer los mismos errores y al derecho de las víctimas a conocer la verdad, a recibir justicia y a que se les repare el daño cometido. Para Cuéllar, la lucha contra la impunidad es una maratón con obstáculos, que es necesario "correr" de manera colectiva.

- Centro de Estudios de Guatemala (CEG): ¿Cómo calificaría el sistema de justicia salvadoreño?

- Benjamín Cuéllar (BC): Un sistema frágil, por no decir, totalmente nulo para la verdadera justicia, la cual tiene que ser para toda la población. Es un sistema discrecional (...) yo veo algunas luces y muchas sombras. Las sombras tienen que ver, primero, con la forma en cómo se han nombrado los nuevos magistrados, y sobre todo su Presidente.
En El Salvador el presidente de la Corte Suprema de Justicia tiene una concentración de poder importante dado que la Corte tiene funciones administrativas y funcionales, y es el presidente el que toma las decisiones últimas. De ahí depende la vida, la existencia o la permanencia de jueces y los nombramientos de abogados. También creo yo que es un lastre que se viene arrastrando, la falta de depuración dentro de la judicatura, y la desnaturalización de los mecanismos que se crearon a partir de los Acuerdos de Paz para mejorar la calidad de la judicatura. Se creó un Consejo Nacional de la Judicatura, y entre sus funciones tiene la capacitación y la selección de ternas para presentar a la Corte, y es la misma Corte la que termina eligiendo a los jueces. No siempre los graduados de la Escuela Nacional de Capacitación Judicial son los que están incluidos en la lista (…)
Esto refleja la desnaturalización de una institución que buscaba precisamente transparentar y mejorar la calidad del servicio de la justicia en El Salvador. El hecho también de la falta de confianza en el órgano judicial es otro de los temas que se deben considerar.
De las luces, el ingreso a la Sala Constitucional de un experto en derechos humanos, Valentín Meléndez, quien tiene una trayectoria destacada en este campo y el ingreso de uno de los mejores jueces del país en el área penal, Sidney Blanco, un catedrático con una trayectoria bastante limpia, fue fiscal en el caso de los jesuitas asesinados (…) Estos dos nombramientos abren la posibilidad de poner a prueba el sistema en un nuevo escenario. Como vemos pesan mucho más las sombras, pero ni modo, hay que seguir intentando hacerlo funcionar.

- CEG: Se habla de niveles altísimos de impunidad en El Salvador, ¿cuál es la causa de esta situación?

- BC: Es un sistema de justicia precisamente discrecional, que distingue la calidad de la víctima y la calidad del victimario para impartir o no justicia. Por ejemplo, toda la impunidad histórica de los casos de violaciones a los derechos humanos, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad cometidos en El Salvador desde 1972, de eso no hay ni un procesado que haya sido condenado y que esté guardando prisión y pagando sus culpas, no hay nadie, nadie. Los únicos dos que han sido condenados son un coronel y un teniente del Ejército por el caso (del asesinato de los sacerdotes) de los jesuitas, en fallo bastante cuestionable por las circunstancias en las cuales participaron. Pero esos dos oficiales salieron libres en marzo de 1993 con la amnistía, o sea que estuvieron (presos) de finales de 1991 a 1993.
La impunidad también se dio en función de quienes dieron las órdenes, yo siempre he sostenido que los que entraron a las habitaciones de los jesuitas y los asesinaron materialmente, son la pieza prescindible de los hechos, pudo haber sido esta unidad o cualquier otra de la fuerza armada, pero quienes no podían dejar de estar presentes en esos hechos eran quienes dieron las órdenes, y a esos no se les puede tocar, y ahí es donde funciona la discrecionalidad y la calidad de los victimarios, esta idea de que hay que protegerlos porque es un poder fáctico del país.
Yo siempre pongo el ejemplo del caso del ex presidente de la compañía aérea TACA, Federico Bloch, que diez días después de haber renunciado, fue asesinado; la policía llegó a la escena del crimen y trabajó como en cualquier otro caso, sin mayor eficiencia, pero cuando regresaron avisaron que el muerto era don Federico, entonces les pidieron que regresaran y les mandaron refuerzos. El caso se resolvió en pocos meses y los que lo asesinaron están condenados. Pero en el resto de casos, en su mayoría, si son jóvenes que tienen tatuajes, usan ropa holgada, el crimen se cataloga como un pleito entre "maras" y el caso ahí queda resuelto, ya ni se investigan ni se avanza ni nada, eso es lo que ocurre con la mayoría de los casos. Entonces insisto, hay que relacionarlo directamente con la condición de las víctimas, que en El Salvador son personas en una situación económica precaria.

- CEG: Un caso paradigmático de búsqueda de justicia en El Salvador, es el proceso contra los responsables del asesinato de los sacerdotes jesuitas y de Elba y Celina Ramos de la Universidad Centroamericana (UCA). ¿Qué significó este terrible crimen para la sociedad salvadoreña?

- BC: El asesinato de los jesuitas se da en el marco de una ofensiva como nunca se había dado de parte de la entonces guerrilla, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMNL), se da en el marco de una seria preocupación de los poderes políticos, económicos y militares del país, que siempre identificaron a los jesuitas, y sobre todo a Ignacio Ellacuría (Rector de la UCA) como alguien que estaba vinculado -si no orgánicamente, al menos ideológicamente- y que de alguna manera influía en las políticas y prácticas del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.
En realidad, era todo lo contrario, Ignacio Ellacuría siempre planteó la necesidad de una vía negociada para la salida del conflicto armado, pero Ellacuría estaba en España cuando inicia la ofensiva, él regresa a El Salvador y el día que regresa es cateada la residencia. Horas después es asesinado, la orden que nosotros sabemos que se dio era "de eliminar a Ellacuría sin dejar testigos", entonces obviamente ejecutar a Ignacio Martín Baró, director en ese entonces de la UCA y del Instituto de Opinión Pública, era por así decirlo un pluf. También se ejecutó a Segundo Montes, investigador y sociólogo que se encontraba en el exilio precisamente por razones políticas, ese fue otro pluf. La figura principal a eliminar era Ignacio Ellacuría, pero con la orden clave de no dejar testigos, casi descabezaron a la UCA; el director de la biblioteca, el director de Fe y Alegría, el director del Centro de Reflexión Teológica, realmente fue un golpe a la universidad y a la Compañía de Jesús. Pero se les revirtió, porque el final de cuentas eso fue lo que aceleró un proceso de diálogo que estaba atascado, porque no había voluntad -sobre todo de la parte oficial- de avanzar sinceramente un milímetro, pero la muerte de los jesuitas fue un caso clave.
Esto no quiere decir que no hay que recordar y rendir homenaje a todas las víctimas, tanto de antes, durante y después de la guerra, pero el asesinato de los jesuitas, por ser quienes eran, hizo que incluso la administración y la legislatura estadounidense tomaran medidas en concreto y exigieran una investigación, que originó una presión internacional en niveles bastante fuertes, y eso trajo como consecuencia el proceso de negociación y de acuerdos que le puso fin a la guerra.

- CEG: ¿Cuáles son los principales obstáculos que afronta el sistema de justicia de su país?

- BC: Bueno no sólo es el caso de los jesuitas, pero en El Salvador aquellos que ordenaron, realizaron, encubrieron, toleraron o alentaron las violaciones a los derechos humanos, fueron y siguen siendo actores vigentes en la política, en la economía nacional (…) su estatus económico lo mantienen; entonces, eso también los hace cuidarse (…) por eso hay pactos -que no son los acuerdos que conocimos de Ginebra, de Chapultepec, los que firmaron con luces, con periodistas, aplaudidos por la comunidad internacional- hay otros pactos, hay otros acuerdos debajo de la mesa, en la sombra, que han permitido que la amnistía, por ejemplo, no puede ser tocada.

- CEG: ¿Qué alcances tiene la ley de amnistía?

- BC: La ley de amnistía salvadoreña es una ley amplia, condicional y absoluta que viola la Constitución y los estándares internacionales de derechos humanos, precisamente por eso, tanto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como el Comité de Derechos Civiles y Políticos de Naciones Unidas han exigido al Estado salvadoreño la derogatoria de esta ley de amnistía. No ha sido como dijo el ex presidente Francisco Flores, "la piedra angular de los acuerdos de paz" ha sido realmente la piedra de tropiezo para transitar hacia la paz. ¿Por qué? Porque la más grave violación a los derechos humanos es negarle a las víctimas la verdad, la justicia, reparación y la posibilidad de perdonar en función de una verdadera conciliación de la sociedad.
Hay formas alternativas de justicia transicional, pero ni siquiera eso se ha querido aplicar. Una de las demandas que nosotros vamos a presentarle al actual gobierno -en función de que demuestre su voluntad y su valentía para encarar el pasado y tratar de darle vuelta a la página, pero después de leerla y aprender las elecciones- es organizar tribunales alternativos en la línea de los mecanismos de la justicia transicional, que ofrezcan a los victimarios la posibilidad de ser perdonados, si piden perdón, y que las víctimas estén dispuestas a perdonar, si les piden perdón.

- CEG: Profundicemos en ese concepto de dar la vuelta a la página después de leerla y aprender las lecciones.

- BC: Primero, si no conocemos nuestra historia y no aprendemos la lección, vamos a cometer los mismos errores. Si no respetamos el derecho de las víctimas a conocer la verdad, a recibir justicia, a reparar el daño, vamos a repetir la historia porque, el que mata y queda impune vuelve a matar; el que no recibe castigo por un delito, lo vuelve a cometer. Es una manipulación del temor, de la desconfianza de las sociedades a que se repita el pasado, el argumentar que no hay que abrir heridas, que quien pide justicia está amenazando la paz, ese es otro argumento que plantean: "si las víctimas piden justicia, entonces vamos a volver a la guerra, va a correr sangre nuevamente." Bueno, la sangre sigue corriendo, el borrón no se dio, pero la cuenta nueva y la sangre sigue corriendo, hablamos de más de 70 mil muertes violentas, no por motivación política, pero si por políticas inadecuadas de un Estado que no está acostumbrado a rendir cuentas, ni a pedir cuentas, ni por los hechos del pasado, ni por los hechos de la posguerra.
Las heridas están abiertas y en la medida que no se cierran se infectan, por el crimen organizado, por estos nuevos males -las pandillas, el sicariato yo creo que es importante, primero desmontar ese discurso…

- CEG: En todo este proceso de búsqueda de justicia, ¿cuáles han sido las lecciones aprendidas?

- BC: El que diga que El Salvador no cambió está mintiendo, se terminó la guerra y las prácticas de violaciones graves de los derechos humanos. Se crearon nuevas instituciones, se dieron unos pasos. A los cambios, hay que medirlos no por la forma sino por la profundidad y el fondo. Yo siempre cito a Guillermo Manuel Lungo, un dirigente socialdemócrata que participó en las negociaciones, murió en el 94 de muerte natural, y él decía (refiriéndose a los Acuerdos de Paz) que le preocupaba que estuvieran tratando de maquillar a Frankenstein para participar en Miss Universo. El maquillaje es lo que a mí me preocupa, que sólo se haya quedado en eso, que no se haya realmente cambiado o tocado causas estructurales, que son la tarea pendiente.
Este nuevo gobierno tiene un gran desafío: entrarle en serio a esto. Entonces allí viene mi preocupación, yo sostengo que tanto en Guatemala, como en Honduras y en El Salvador, los presidentes están gobernando con la pistola en la cabeza, o sea, si se mueven para un lado y no le gusta al militar o al político, al gran capital -sobre todo sumándole lo ocurrido en Honduras- les pegan un balazo.
Entonces por temor a que peguen el balazo, mejor no se salen del libreto, y es un libreto que a final de cuentas no favorece a las mayorías, pues favorece a minorías privilegiadas de Centroamérica.

- CEG: A pesar del gran muro de impunidad, la gente sigue luchando, empeñada en hacer justicia. ¿Es un signo de esperanza?

- BC: Esta búsqueda de justicia va a ir rindiendo frutos, esos van a ser nuestros resultados. Es una lucha digna, una lucha difícil, estamos en una maratón, no en una carrera de 100 metros; el que se prepara para una carrera de cien metros, a los 105 cae vencido, ya no aguanta. Esta búsqueda de justicia, como dice Andrés Domínguez -un colega ahora asesor del director de la policía de investigaciones de Chile- es una maratón, de 40 o más kilómetros. Yo le pedí autorización para agregarle que además "es una maratón de grandes obstáculos", los poderes fácticos, intromisiones extranjeras, la fragilidad de las instituciones; hay montón de obstáculos, pero también es una maratón de relevos y tenemos que buscar cómo se va preparando el relevo. Esto va para largo, se han ido dirigentes históricos de todo este movimiento de derechos humanos, entonces tiene que haber quien tome esta estafeta y lleguemos hasta la meta, hasta dignificar a las víctimas.

- CEG: ¿Cómo dignificar a las víctimas?

- BC: Las víctimas de Guatemala y de El Salvador es población indígena, población a la que no se le han reconocido nunca sus derechos, por eso es necesario que esto se conozca, se sepa, y que sea todavía mucho más solidario desde la comunidad internacional; porque estas víctimas, son las que menos recursos tienen y más proclives están a sentir miedo, a sentirse amenazadas, a tener que rumiar su indignación en sus casas, sin pasar acción porque el siempre poderoso sector económico, social, político y militar, va a estar utilizando a las instituciones -y no digo sólo a las instituciones del Estado también instituciones o recursos como los medios de difusión masiva -que más de comunicación social difunden lo que quiere el poder- para mantenerlas en el olvido.


HOY DÍA 1 DE FEBRERO 2008, SE CUMPLEN 76 AÑOS DEL FUSILAMIENTO DE FARABUNDO MARTÍ

Hoy se conmemoran los 76 años de la muerte de Agustín Farabundo Martí, el cual un día como hoy fue fusilado en el cementerio genereal de San Salvador junto a otros compañeros, justo el día de la vigilia de una gran insurrección campesina.

26 AÑOS DE LA MATANZA DEL MOZOTE

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