PRESIDENTE DE MÉXICO NO ADMITE PREGUNTAS NI HABLA DE EMIGRANTES. El Faro. Rodrigo Quezada
Felipe Calderón realizó una breve visita a San Salvador y junto al presidente Saca rindieron escuetas declaraciones, en las que omitieron hablar de los abusos que autoridades mexicanas cometen contra emigrantes centroamericanos en territorio mexicano. Los periodistas de ambos países se quedaron con las preguntas en la libreta.
Foto: Cortesía Casa Presidencial
Ni una sola pregunta. Nada. Después de una espera de casi tres horas, los presidentes de México, Felipe Calderón, y El Salvador, Antonio Saca, entraron al salón de usos múltiples de Casa Presidencial, se estrecharon las manos, vieron a las cámaras de televisión por turnos y leyeron sus declaraciones. Después, otro apretón de manos y salieron juntos a una cena en la que se le entregaría al mandatario mexicano la Orden Nacional José Matías Delgado en el Grado de Gran Cruz Placa de Oro.
Horas antes, las encargadas de comunicaciones de Casa Presidencial dejaron claro que no habría espacio para preguntar nada los mandatarios. “Saldrán, darán su declaración y luego se retirarán”, dijo una de ellas. Otra agregó: “Estaba en el instructivo de prensa que se les envió”. Efectivamente, aunque en el instructivo no decía nada de ello, en las “indicaciones de la visita de trabajo” rezaba que “por razones de tiempo, los señores presidentes únicamente darán su declaración ante los medios de comunicación sin espacio de preguntas”.
Esas preguntas, que eran muchas, quedaron anotadas en las libretas de apuntes o en la punta de la lengua de los periodistas. “Nada que hacer hermano”, dijo un periodista mexicano, quien agregó que desde un día antes toda la prensa mexicana sabía que no habría oportunidad de preguntar. Ahí quedaron en las libretas de periodistas de ambos países la preocupación por los abusos de migrantes salvadoreños, y centroamericanos en general, por parte de autoridades mexicanas; la oferta mexicana de mediar en el conflicto diplomático entre Ecuador y Colombia; y más de alguna pregunta sobre la política salvadoreña.
“Y bueno pues, a esperar”, comentó un reportero televisivo salvadoreño. “Mínimo que hablan de todos esos temas”. Su esperanza se basaba en las declaraciones que había hecho el presidente Saca días atrás, cuando aseguró que “el martes por la noche recibiré al presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Felipe Calderón, con quien revisaremos el tema del programa de vivienda de su gobierno, temas migratorios y todo el apoyo que México le da a El Salvador”.
Y así quedó plasmado en comunicado conjunto, repartido por los encargados de comunicaciones a los periodistas cuando terminaron sus discursos. Entre los 43 puntos del mismo, cinco hacían referencia al tema migratorio. El quinto de ellos decía que ambos presidentes reiteraron “la importancia del respeto de los derechos humanos de los migrantes, con independencia de su situación migratoria, para preservar y proteger su vida y dignidad, así como su integridad física y patrimonial”.
Pero a la hora de hablar, Saca apenas mencionó el asunto. En su declaración, el primer mandatario salvadoreño tocó el tema energético –gas natural y “la disposición mexicana a vender energía eléctrica a El Salvador”-; la compra de harina de trigo a proveedores mexicanos; un acercamiento al programa mexicano de vivienda popular; y el respaldo a la candidatura de México como miembro no permanente del Consejo de Seguridad período 2009 – 2010.
El discurso de Calderón se centró en los aspectos económicos -resaltando el aumento del 60 por ciento el comercio bilateral entre ambos países; los 2 mil millones de dólares de la inversión mexicana en El Salvador; y la revisión del Pacto de San José-; alabó “el liderazgo del Presidente Saca y de El Salvador, en la definición de una estrategia regional de seguridad entre México y Centroamérica, para atender los retos propios de la seguridad y el combate al crimen organizado”; y abrió un espacio para comentar el conflicto colombiano ecuatoriano.
“El reto de nuestros gobiernos, hoy, es ofrecer más oportunidades a nuestros hijos, uniendo esfuerzos por el bien de nuestros pueblos; el reto es combatir la pobreza, la desigualdad y la ignorancia, y superarlas tanto en El Salvador como en México. Por esta gran causa estamos dispuestos a luchar con todo, hasta erradicar para siempre esos males”, dijo; agradeció las atenciones durante su visita y se retiró. ¿Y la migración?, nada.
Los abusos del olvido
El martes pasado, el periódico mexicano Milenio publicó las críticas realizadas por la diputada del PRD Maricela Contreras Julián. Según la diputada, los últimos datos de la CEPAL registran que un 70 por ciento de las migrantes es víctima de violencia, un 60 por ciento de ellos por abuso sexual, en la frontera sur de México. “Hay un doble discurso en la política migratoria de nuestro país… Por un lado se condena los maltratos que reciben nuestras y nuestros connacionales en el vecino país del norte (Estados Unidos); y por el otro, las mismas prácticas son reproducidas por algunas autoridades mexicanas con las personas que cruzan la frontera sur”, dijo Contreras Julián al rotativo.
Las preguntas para Calderón |
Periodistas mexicanos y salvadoreños compartieron con El Faro las preguntas que tenían listas para hacerle al presidente de México, Felipe Calderón. Son las siguientes:
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Días atrás la asociación de Agentes de Pastoral Migratoria de la Zona Sur, denunciaron el secuestro de entre 14 y 20 inmigrantes por “Zetas”, brazo armado del cártel del Golfo, en la zona de Tierra Blanca, Veracruz; y juristas independientes y de la asociación Sin Fronteras, aseguraron que dentro de las estaciones migratorias se les niega a los detenidos el derecho a consultar un abogado.
La situación de los migrantes salvadoreños, y centroamericanos en general, no ha cambiado en los últimos años a pesar de las reiteradas declaraciones y compromisos del gobierno mexicano; y el martes, el tema de la migración no mereció ninguna de las 807 palabras que contenían la declaración del presidente mexicano.
Del lado salvadoreño, como lo hiciera en 2005 ante Fox, Saca agradeció el apoyo del gobierno mexicano a los emigrantes salvadoreños. “Le hemos manifestado el agradecimiento al Presidente Calderón por el apoyo, especialmente a nuestros compatriotas que transitan por territorio mexicano rumbo a los Estados Unidos”, dijo.
El Instituto Nacional de Migración (INM) fundó en 1990 el primer grupo Beta, en Tijuana, encargado de auxiliar migrantes en peligro en zonas de alto riesgo indistintamente de su estatus migratorio. Actualmente México cuenta con 16 grupos en las fronteras norte y sur de México. Sólo en 2007, los grupos Beta rescataron 6 mil 231 personas y atendieron a 74 mil 808 migrantes repatriados.
Sin embargo, a finales de febrero, el coordinador de la Pastoral de la Movilidad Humana de la Diócesis de Tehuantepec, México, Alejandro Solalinde Guerra, denunció que diversos cuerpos militares y policiales cometían abusos contra migrantes centroamericanos en el estado de Oaxaca. Según Solalinde, el gobierno mexicano mantiene una actitud pasiva frente a las denuncias interpuestas sobre banda de secuestradores y policías auxiliares del Ministerio Público de Oaxaca, por los delitos de secuestro y extorsión contra migrantes; así como a personas vinculadas con “Los Zetas”. De eso, tampoco se habló.
Los abrazos anteriores
A mediados de marzo de 2004, los entonces cancilleres de México y El Salvador, Luis Ernesto Derbez y María Eugenia Brizuela, respectivamente, suscribieron un “Plan de Acción para la Cooperación en Asuntos Migratorios y de Protección Consular”. El convenio pretendía la protección de los derechos humanos de los migrantes, detallaba mecanismos de repatriación y prevenir a potenciales migrantes indocumentados.
A mediados de mayo de 2005, los gobiernos de ambos países firmaron un acuerdo para la repatriación de salvadoreños indocumentados detenidos en territorio mexicano y para combatir el tráfico de seres humanos. “Se han firmado acuerdos para la repatriación ordenada, ágil y segura desde México para nuestros salvadoreños y otro documento sobre acciones de atención a las víctimas, mujeres y menores sobre todo, en el tráfico ilícito de personas”, dijo Saca.
“Un tema por demás importante es el de la migración… Seguimos trabajando por tener seguridad en las fronteras, pero a la vez con ese trato digno que merecen nuestros connacionales, que merecen todas las personas de Centro América", dijo Vicente Fox, entonces presidente mexicano.
Un año después, Calderón reconoció que era necesario mirar hacia el sur, hacia los migrantes de Centro y Sudamérica que transitan por territorio mexicano, quienes “sufren también abusos, extorsiones y son víctimas de la delincuencia, muchas veces con la complicidad de autoridades”. El martes, en su visita a uno de los principales países de origen de esos emigrantes, a Calderón se le olvidaron.
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